La respuesta que quizás das a los demás y que no sienta bien, según un estudio

[valalca]

Si siempre que te preguntan tus preferencias sobre algo respondes “me da igual” podrías caer mal. Te contamos por qué.

Seguro que conoces a alguien que cuando se le pregunta qué le apetece hacer, qué le gustaría comer, qué película preferiría ver o dónde quiere ir en vacaciones siempre contesta “me da igual”. Es posible también que esa persona seas tú. Sea como fuere, esta respuesta aparentemente inofensiva y que se suele usar para no desagradar a los demás, puede hacer que caigas mal.

Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de investigadores del ámbito de la economía y el marketing. Pero ¿por qué responder “me da igual” o “lo que queráis vosotros” puede no ser buena idea?

Ante una pregunta sobre qué les apetece hacer , ver, comer, etc, hay personas que responden “me da igual”, usando una estrategia que se conoce como “comunicación sin preferencias”, con idea de que quien hace la pregunta o el resto del grupo consigan hacer lo que quieren.

Esta estrategia, que aparentemente se puede considerar bondadosa, podría ser contraproducente. Según un estudio publicado en Journal of Marketing Research, usar la comunicación sin preferencias puede hacer que la decisión que se tome parezca solo la elección de la persona que ha preguntado. Además, responder “me da igual” o algo por el estilo puede hacerle más difícil tomar la decisión a la persona que al final decide.

Los investigadores descubrieron que esto se debe a que la persona que pregunta piensa que la que responde “lo que tú quieras” o “me da igual” lo que está haciendo es ocultar lo que de verdad quiere. Entonces, quien pregunta tiene que hacer conjeturas y adivinar qué es lo que realmente quiere el otro. Además, no suele gustar tomar una decisión cuando se tiene poca o ninguna información.

La persona que no da su opinión no suele hacerlo para dificultar las cosas sino todo lo contrario. Cree que, al responder de esa manera, está haciendo lo mejor para el otro o el grupo, les deja hacer lo que ellos quieran.

Los resultados de esta investigación sugieren, sin embargo, todo lo contrario: que decir que no te importa hacer tal o cual plan, en realidad empeora las cosas más que si directamente no se hubiera respondido nada. La gente tiende a pensar que los demás no tienen sus mismas preferencias, por lo tanto, cuando alguien no doce abiertamente lo que prefiere, lo que sucede es que quien elige se decanta por una opción que le gusta menos para tratar de llegar a un acuerdo sobre algo que puede o no ser cierto.

“Muchos de nosotros mantenemos nuestras preferencias para nosotros mismos en un intento de parecer despreocupados y agradables a la otra parte. Creemos que ser imparciales puede ayudarnos a dar una buena impresión a la otra parte, a los amigos, o en el trabajo”, explicaba Yonat Zwebner, una de las autoras del estudio. “En nuestro estudio, hallamos que lo contrario es cierto: escoger no comunicar tu preferencia puede, de hecho, perjudicar la experiencia compartida e incluso la relación.”

La conclusión de todo esto es que, aunque creamos estar haciendo un favor a los demás cuando no emitimos nuestra preferencia, podemos estar generando un problema y provocando que se elija algo que realmente nadie quiere. Además, dando este tipo de respuestas podríamos hacer mal ya que en una relación se suele valorar la sinceridad y el compartir información de carácter personal. No ser lo suficientemente directo puede hacer que los demás nos consideren distantes.

muyinteresante.es / Mar Aguilar, 12 junio 2023