El estanque para tus peces

[monica]

Normalmente, a la gente que tiene un jardín o una amplia terraza le apetece convertirlo en un lugar agradable, lleno de plantas que nos acerque un poquito más a la naturaleza. Y cada vez más, un estanque o fuente forman parte de la decoración de ese ambiente. Dependiendo del lugar disponible y de sus características, podemos elegir el tamaño, material y forma.

Cuidados del estanque
Llenado con agua depurada, añadiendo productos que eliminen cloro y metales pesados. Es recomendable dejar el sistema reposar unos días, con el filtro en funcionamiento antes de introducir los peces, para que desaparezca la turbidez inicial.

Colocar plantas naturales variadas (de ribera, de fondo-subacuáticas o flotantes tipo nenúfares).

Proporcionar a los peces alimentos variados y de calidad.

Asegurarnos de que el sistema de filtraje funciona correctamente y los peces muestran un aspecto saludable.

Realizar periódicamente mediciones de las características más importantes del agua. Así, para peces de agua fría, recomendaremos:

Ausencia de nitritos y nitratos

Ph ligeramente básico (de 7 a 8)

Dureza total (gH) entre 8 y 18º

Dureza de carbonatos, de 5 a 15º

Periódicamente también habrá que realizar labores de limpieza: renovar parte del agua, eliminar excesos de detritus, limpiar los filtros, añadir productos protectores, etc.

La importancia de las plantas

Si pretendemos que nuestro estanque funcione lo mejor posible, resulta indispensable colocar plantas naturales. Además de decorativas, aportan muchos beneficios al equilibrio biológico de dicho micro-hábitat:

Oxigenan el agua al realizar la fotosíntesis.

Ofrecen sombra, refugio y alimento a los peces.

Depuran el agua al utilizar para su crecimiento los productos de excreción de los peces y de la descomposición de la materia orgánica.

Evitan el desarrollo de algas indeseables, ya que compiten con ellas por los nutrientes (nitratos y fosfatos).

El problema de las algas:

Algas microscópicas (en suspensión)

Algas filamentosas

Sucede generalmente por las siguientes causas:

a) Aguas de mala calidad, lluvias excesivas, etc.

b) Exceso de luz y calor.

c) Elevados niveles de nitratos y fosfatos, debidos a excesos de animales, de alimentos, de materia orgánica en descomposición, de malos abonos... También pueden deberse a un mal mantenimiento (no realizar los cambios de agua necesarios) o a la colocación de pocas plantas naturales.

Por supuesto, lo ideal es llevar a cabo un buen montaje y mantenimiento del estanque aunque resulta inevitable, durante los meses de más horas de luz y calor, tener que añadir productos algicidas que nos ayuden a combatirlas.

Los peces del estanque

Las variedades típicas son, al igual que para una pecera, los peces de aguas frías más robustos, resistentes y longevos (se sabe de kois que han sobrepasado los 100 años de vida), que en el caso de un estanque muy grande (hablamos de más de 1.000 litros) crecen muy bien y no es difícil criar en él. Su temperatura corporal ideal oscila de los 14 grados los 25. Cuando ésta desciende mucho, hibernan, dejan de comer y quedan inactivos pero recuperan su actividad con la primavera siguiente