Los días de descanso, en todos los deportes, son jornadas en los que el cuerpo se debe recuperar del esfuerzo y donde es mejor relajar la mente para no pensar en los retos inmediatos, por ejemplo, este miércoles, la carrera de los 60 vallas en el Gran Premio Villa de Madrid. Pero
María Vicente, 19 años, la atleta catalana de L’Hospitalet de Llobregat, con un futuro inmenso y sin límite en su deporte, casi lo que menos pudo hacer fue reposar. Durante toda la mañana de este lunes no hizo otra cosa que atender llamada tras llamada por el error de una jueza en la prueba de longitud del Campeonato de España de pista cubierta, que seguramente habría ganado. Y, posiblemente, también si hubiese conseguido el título sin polémica y lejos de situaciones estrambóticas seguramente no le habría llamado nadie.
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