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Con la luz y la fiesta de «Mamma Mia» (2008) y la personalidad arrolladora de Margaret Thatcher en «La dama de hierro» (2011), Phyllida Lloyd puso su nombre entre los nominados a los Oscar. Pero cuando parecía que podía establecerse como una directora de relumbrón, eligiendo proyectos y actores desde Reino Unido hasta Hollywood, decidió refugiarse en el teatro. En su teatro, mejor dicho. Ahí ha encontrado la felicidad entre el Royal National Theatre y el Royal Opera House Covent Garden. Ha dirigido libretos «sociales», ha dirigido ópera... Y de pronto, volvió a interesarse por el cine. Buscó, eso sí, un proyecto pequeño, independiente, y que le permitiera volcar alguna de las cosas que había hallado sobre las tablas de los escenarios. Y lo hizo de la mano de Clare Dunne, actriz y guionista de este «Volver a empezar (Herself)» que ahora estrena en salas. Una reivindicativa historia de solidaridad y sororidad entre las mujeres que más difícil lo tienen. Y, también, un canto a la unión de los vecinos, a hacer comunidad. P - Hace nueve años, desde «La dama de hierro» (2009), que no se asomaba a la gran pantalla, ¿qué ha encontrado en esta historia que le ha hecho volver? R - La verdad es que lleva un poco de tiempo recuperarse de hacer una película. Más que un poco, bastante. Hay que calmarse durante un par de años, volver a las cosas básicas; en mi caso, volver al teatro. Y después desarrollar una película que te apasione lleva mucho tiempo. Había estado bastantes años buscando hacer una película de bajo presupuesto y sentí que quizás los temas sociales que estaba haciendo en el teatro podría llevarlos también al cine. Estaba esperando un tema que me apasionara. Estaba trabajando en el teatro con Claire Danes, la protagonista y también guionista de esta película, en un tema que a ella le interesaba mucho, el maltrato. Cuál fue nuestra sorpresa al descubrir que en las prisiones hay muchas mujeres que sufrieron maltrato, no solo en la niñez, también en su vida posterior y que a veces están allí por haber matado a su maltratador. Esto nos dio la idea. P - Desde la primera escena juega con las emociones del espectador... Volver a empezar R - Todos hemos visto la historia de una mujer víctima abusos en el cine antes, pero uno de los aspectos que distinguía este guion es la luz y la oscuridad. Quería usar mostrar el gran amor, la esperanza, la comunidad y, por otro lado, el peligro, la desesperación y la amenaza constante. Como directora me dejé llevar por esa orquestación. Cuando le di el guion al director de fotografía me dijo «esto es un thriller, Dios mío, algo terrible va a ocurrir que destruirá la casa». Creo que esa tensión está por debajo de la historia. P - Sin caer en el «spoiler», vemos que hay una comunidad que se une para ayudar a la protagonista a construir la casa... ¿Ver esas muestras de solidaridad hoy en día convierte a la película en una historia de "ciencia ficción"? R - Un año antes de hacer la película, Claire y yo fuimos a un curso sobre cómo construir una casa de madera como la que ves en la película. Conocimos a personas que lo hicieron, que iban a hacerlo. Sentimos la dificultad que representaba, pero también que era posible. La gente hizo esto para unirse a un proyecto de vida. ¿Por qué? Ayudamos porque necesitamos ayuda, necesitamos ser parte de algo, de sentirnos necesitados. Cómo la comunidad nos une no es un cuento de hadas, porque nosotras vimos que esto pasó y cómo ocurrió. Llamarlo ciencia ficción es un poco extremo. Por ejemplo, tienes que darles de comer mientras trabajan, y una de las razones para hacerlo era tener comida asegurada. P - La película habla también de sororidad... R - En este momento que estamos viviendo de soledad creo que la comunidad es algo fundamental. La pandemia nos ha atravesado y todos hemos pensado “¿soy un buen vecino? ¿estoy actuando como debo? ¿debería ser más parte de mi comunidad? ¿lo he sido en algún momento?” Hay una situación de soledad en este momento, y por supuesto las mujeres que están en situación de abuso doméstico están en una situación precaria. Necesitamos la solidaridad y la sororidad más que nunca en nuestra historia reciente. Phyllida Lloyd P - Tras la fiesta de «Mamma Mia» y el duro retrato de Margaret Thatcher en «La dama de hierro», ¿cómo encaja esta película en su filmografía? R - Parece que la mayoría de los directores trata de tener cada vez mayores y mayores presupuestos para sus películas, pero yo sentí que el trabajo que estaba haciendo en el teatro, que era dirigido a menudo a una misión social, podría encajar mejor junto a una película más «indie», dándome libertad para hacer lo que quería hacer y en la forma en que quería hacerlo. Todas estas experiencias previas fueron increíbles, pero siento que estoy más en mi elemento con esta película que de lo que había estado con esas experiencias. P - Usted contribuyó, con «La dama de hierro», a la imagen que más de una generación tiene de Margaret Thatcher... Viendo las nuevas series, como «The Crown», ¿cómo ve los nuevos retratos que se están haciendo de ella? R - Soy una gran admiradora de Gilliam Anderson, solo he visto un episodio hasta ahora de The Crown, pero estoy bastante hipnotizada por ella. Creo que es increíble en la pantalla. Así que sí, siempre habrá más Margaret Thatcher porque era una especie de personaje más grande que la vida, una superestrella que era irresistible. Conozco al menos a otras dos grandes actrices que se mueren por interpretarla y que estarán haciendo cola.
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