Acabar tarde la temporada anterior, sustituir al entrenador, despedir a jugadores veteranos, carecer de liquidez, tener muy alta la masa salarial y sufrir más que otros clubs la crisis de la pandemia han llevado al Barça a arrastrarse por el mercado hasta última hora, contando euro a euro, para perfilar la plantilla. Acuciado por todas esas urgencias, y presionado por las altas expectivas derivadas de su grandeza, el club no podía cerrar ninguno de los dos fichajes que pedía Ronald Koeman: el central y el delantero centro. Los fichajes se redujeron a ascender al primer equipo a
Riqui Puig y Ronald Araujo y cubrirán las
bajas de Rafinha y Jean-Clair Todibo.
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