«Muchos negocios no saldrán adelante porque las matemáticas no cuadran»

[SHAKIRA]

El parón económico está pasando factura a la economía, al tejido empresarial y especialmente a los pequeños negocios, que luchan por sobrevivir a una crisis que va a dejar huella. Uno de estos negocios es Cotton Crown, una firma de textil que con mucho esfuerzo sacó adelante su propietaria Ángela González en 2013, en el epicentro de otra crisis. Hoy, esta empresaria asegura que la situación es muy compleja, relata que en el sector textil ya se han producido y/o comprado casi el cien por cien de las colecciones de primavera-verano. Explica que en circunstancias normales con las ventas se van pagando las facturas, pero que ahora «la mayor parte de los ingresos han desaparecido, pero hay que seguir haciendo frente al pago de las facturas de proveedores y a unos gastos fijos recurrentes. Las matemáticas no salen, se mire por donde se mire. Financieramente es insostenible».La presión de los gastosÁngela dice que se acogió a un cese de actividad extraordinario y que solicitó un crédito avalado por el ICO. Su plantilla está en un ERTE y ya avanza que contará con todo el personal cuando la firma vuelva a la actividad normal. Afirma que pymes y autónomos son los más perjudicados por esta crisis y que nadie les respalda. «Yo tengo que hacer frente a una serie de gastos fijos relevantes, sobre todo alquileres de locales y oficinas y solo yo respondo de estos gastos. Habría que buscar soluciones y subsidios concretos para los autónomos», apunta.Esta empresaria, que ha logrado hacerse un hueco en la agenda de muchas famosas, ha optado por no abrir sus dos centros de Madrid en la fase cero por el alto coste de recuperar al personal y las medidas de protección y desinfección, que son muy elevadas para «aventurarme».Sobre el futuro augura que «es muy incierto. En muchos casos la solución no es pedir un préstamo, hay que ir mucho más allá. Cada autónomo y pyme debe hacer un plan realista de la viabilidad de su negocio. El impacto es tan brutal y el consumo es tan bajo, que el propio mercado se encargará de expulsar a los que sean prescindibles». Reconoce que ya estaba muy saturado antes de la crisis del Covid-19 y predice que solo la diferenciación permitirá la permanencia. «Ahora el pastel se ha reducido muchísimo. Solo los negocios que sean capaces de ofrecer un servicio o producto especial y diferenciado sobrevivirán. Hay que reinventarse, ofrecer aquello que demanda ahora la nueva situación», asevera. ¿Cómo ve el futuro de su negocio? «En mi caso veo viabilidad porque yo diseño, fabrico y distribuyo mi propia colección. Ello conlleva riesgos y una inversión económica relevante pero en estos momentos, si logro mantenerme con la ayuda de los créditos concedidos por el ICO y minimizando gastos fijos lo conseguiré». También apunta que al final «será el consumidor el que decida».Tirón de la venta online La propietaria de Cotton Crown avaza que durante la pandemia la venta online de su marca de ropa han avanzado notablemente. «Era previsible –señala– al mantener nuestros puntos de venta cerrados y tener una clientela fidelizada que quiere y busca nuestros artículos». Ya predice que probablemente la venta online será el canal más seguro y rentable en la «nueva normalidad». Confía, sin embargo, en que la crisis no arrase «con los paseos por los escaparates de nuestras ciudades, ni con las propias tiendas, ni con las tardes de compras».Esta empresaria había comenzado ya las gestiones para abrir nuevos centros de su firma de moda, uno de ellos en el aeropuerto de Madrid. El futuro dirá si podrá hacerlo.

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