Cats no es solo la peor película del año, el rodaje también fue un «infierno»: «Nada

[Amaya]

Tras arrasar en los Razzie (mejor-peor película, director y guion) y salir de los Oscar humillada con el «gag» en el que los presentadores se reían de sus efectos especiales, «Cats» va camino de convertirse en la película maldita de la década. Y por eso, también va a ser una película de culto gracias a esos terribles protagonistas híbridos entre felinos y humanos que ya son objeto de veneración entre los cinéfilos más raritos. Cuanto más se conoce sobre los problemas de rodaje de la película de Tom Hooper, más milagroso parece que se pudiera llegar a estrenar algo con sentido. Aunque fuera poco. El medio estadounidense «Dailiy Beast» ha conseguido hablar con uno de los especialistas involucrados en el rodaje de los efectos especiales y califica el año de trabajo como de «esclavitud», con jornadas de 90 horas semanales, durmiendo en la oficina algunas semanas y con un trato «horrible, irrespetuoso, humillante y condescendiente» por parte del director a los empleados. Cats El motivo que aduce el trabajador de Cats, que no ha desvelado su nombre, es la falta de tiempo. Y pone un ejemplo muy claro: «[Tardamos] Seis meses para producir el tráiler de dos minutos y cuatro meses para una película de hora y media (…) Nada tenía ningún sentido», lamenta el trabajador, que pone el ejemplo del tráiler porque fue aquel primer vistazo a la película el que comenzó a crear la leyenda sobre el desastre magnífico que se iba a pegar Universal. De hecho, ha sido el mayor desastre del año, donde no han podido recuperar en la taquilla de todo el mundo ni los 100 millones que costó hacer la película. Un mal director La culpa del desastre de la adaptación de la genial obra de Andrew Lloyd Webber la tiene, según el trabajador citado por «Daily Beast», el director Tom Hooper. A sus constantes faltas de respeto con el equipo se le une la falta total de conocimiento sobre la técnica de la animación. El director de otros musicales de éxito, como «Los miserables», exigía revisar el material grabado ya renderizado. Un proceso en el que se invierten muchas horas y que no se aplica hasta las fases finales del filme para ahorrar tiempo. Pero Hooper pedía ver lo avanzado para comprobarlo, y cuando lo veía en bruto, sin la magia digital, entraba en cólera: «¿Qué es esta basura?¿Dónde están los pelos?», decía el cineasta, que no comprendía que ese material que le mostraban tenía que superar otras fases técnicas de animación. Ese desconocimiento de cómo se lleva a cabo una película animada, unida a su soberbia, provocó el estrepitoso desastre que es «Cats», según el extrabajador. A todos estos problemas de producción se les han unido los derivados tras el estreno. A la mala acogida de la crítica, el desastre de la taquilla y las mofas de los compañeros de Hollywood se le une el escarnio de los internautas, que han llegado a lanzar una campaña en internet bajo el hashtag #ReleaseTheButtholeCut («Publicad el montaje de los culos») en la que exigen ver la versión original, previa a una especie de censura, donde el realismo exigido por Hooper llegó a las partes impúdicas de los felinos humanoides. Alguien de la productora debió poner cordura y evitó estrenar esa versión. «Nadie dijo "queremos anos". Había ocurrido y ya está», cuenta el especialista citado por Daily Beast, que también explicó cómo Hooper buscaba vídeos de gatos y pedía al equipo que los movimientos en la pantalla fueran idénticos a lo que les ponía.

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