Normas del foro apurados.com
Prohibida la publicación de claves , de sofware y de informaciones para el pirateo. El Uso De Estos Foros Requiere La Obligada Lectura Y Aceptación De Estas Normas Normas
Presentaciones del foro
""MUY IMPORTANTE"" (Atención todo aquel usuario que se registre debe Pasarse Por Presentaciones y Presentarte a los Compañeros de lo contrario será baneado y borrada su cuenta. PRESÉNTATE

Retroceder   apurados.com > Temas varios > Historia y biografías > Recomienda tus mejores libros

JnjSite.com: Nueva versión del sencillo mensaje de aceptar cookies para tu web
Respuesta
 
Herramientas Desplegado
  #1  
Antiguo 03-Apr-2020, 07:10
Avatar de Amaya
Amaya Amaya está desconectado
Colaboradora
 
Fecha de Ingreso: 02-February-2020
Mensajes: 10,101
Gracias: 16
Agradeció 12 veces en 6 publicaciones
Toteking, un rapero ilustrado: «Los libros me han salvado la vida»

Manolo, Manolote, Tote, Toteking, nombre este último indispensable en la escena del rap español, descubrió el poder de la literatura un día muy concreto de su infancia sevillana. Estaba en su cuarto escuchando música, y de repente su padre entró gritando por encima de sus auriculares: «¡Deja lo que estés haciendo, Totito, y vente al salón, que hoy aprendes algo!». Lo siguió, claro, y allí, en una estancia bibliófila y melómana, él le entregó un pequeño ejemplar rojo. «Hoy no vas a hacer nada hasta que leas esta maravilla», le dijo. Y el chaval obedeció. Aquel libro era «Pedro Páramo», de Juan Rulfo, y con él descubrió que había muchos mundos por visitar en las estanterías de su casa. También que la belleza podía ser hermosa o terrible, o las dos cosas a la vez, como ocurre tantas veces. La escena la cuenta el propio Toteking en «Búnker» (Blackie Books), un texto autobiográfico con trazas de ensayo, novela y rap con el que se estrena como escritor. Una obra difícilmente clasificable, que él define así en su primer y rabioso capítulo: «No son las memorias casposas de un músico analfabeto». Más bien todo lo contrario: es la vida de un lector voraz, obsesivo, la de un artista, la de un hombre que ve cómo su mundo se derrumba al tempo doloroso del cáncer de su padre. Esta conversación tuvo lugar antes del confinamiento, cuando el tiempo aún no se había derretido, pero en ella está presente el encierro, la soledad, el dolor de la pérdida y la luz al final del túnel. Pasen y lean. —Entonces, ¿qué pasó con «Pedro Páramo»? —Todo lo que mi padre me enseñaba no lo entendía, porque empezó con droga dura. Lo luchaba, pero no lo entendía. Me aburría, me dormía. Me acuerdo que cogí «Luces de Bohemia», de Valle-Inclán, y medio pude, pero todavía no era lo que necesitaba. Sin embargo, «Pedro Páramo»… Fue una belleza, toda la historia me emocionó. Entendí que ahí había un mundo, y fue cuando empecé a leer mucho más. —Cuando él enferma, la lectura se convierte en una obsesión, casi en una necesidad física, ¿no? —Yo he leído mucho, pero los últimos seis años, que es lo que duró su enfermedad, fueron una auténtica locura. No cogía el teléfono a nadie, no aceptaba ningún plan en la calle, no iba a tomarme nada con nadie, ninguna charla me aliviaba. No me podía enfocar en nada, me costaba escribir letras, las giras las hacía, pero con el corazón roto. Lo único que me aliviaba era enfocarme en un libro. —¿Fueron su salvación? —Suena a cliché, pero es verdad, lo digo de corazón: me han salvado la puta vida. Siempre me han sentado muy bien y me han dado mucha paz. Pero a raíz de lo de mi padre es que me salvaron. Directamente me salvaron. Me enfocaba en el texto al cien por cien y de repente no existía nada más. —Le cito: «En casa soy inmortal». —Que nadie me tome por un loco encerrado, porque he jugado al baloncesto, he estado rapeando en la calle con mis amigos desde chiquitito, y fumando porros y bebiendo litronas en los parques como cualquier niño. Pero para mí estar en casa de mis padres no era un suplicio, yo no era el típico niño que quería huir corriendo a la calle porque no soportaba las peleas familiares. Siempre he sido de disfrutar las casas. La de mis padres era súper estimulante: la colección de vinilos de mi madre era acojonante, ahí aprendí toda la música que necesitaba, y la colección de libros de mi padre era la hostia. —¿Por eso quería trabajar en una biblioteca? —Fue la primera opción que puse para hacer una carrera: Biblioteconomía y Documentación. Pero menos mal que no tocó, porque después la gente que ha estudiado eso me ha contado que no tiene nada que ver con lo que yo pensaba. No es la biblioteca de Indiana Jones que me imaginaba [ríe]. —«Búnker» comienza con un capítulo cargado de rabia hacia todo y hacia todos. ¿Ha sido el odio un motor creativo? ¿Nace de ahí el libro? —Nace de la impotencia de saber que iba a perder a mi padre, que es la columna vertebral del libro. Ese enfado es fruto de la enfermedad de él, del hecho de saber que iba a perder a mi mejor colega. Y por otro lado no existiría si no fuera por el empujón que me dio Enrique Vila-Matas, que me pidió un texto para su web. —La suya es una relación pintoresca, curiosa cuanto menos. —Sí que es curiosa. A mí me lo descubrieron en la carrera, un profesor, un chico joven que se llamaba Ignacio Guijarro. Había oído mis letras, y por eso me recomendó a Enrique. Decía: «Este escritor te va a encantar porque tú te expresas con muchas referencias, y él es eso». Claro, me encantó. Si «Pedro Páramo» fue un punto de inflexión, Enrique fue otro. Y no solo por lo que representa su obra, que es increíble. Es que él es una guía literaria. —«No te imaginas lo tremendamente solo que estoy en esto», le comenta en un momento a Vila-Matas hablando de varias lecturas. ¿Por qué esa soledad? —Porque mi padre faltaba. Cuando yo me leía un libro empezábamos a hablar los dos. Y de repente faltaba. Entonces, Enrique, joder… Tener a golpe de teclado a un tipo como él para comentar un libro era el privilegio más grande que podía tener. —«Búnker» es un libro difícil de clasificar. En el primer capítulo lo define con una negación: «No son las memorias casposas de un músico analfabeto». ¿Qué son entonces: una especie de confesión, un desahogo? —Es totalmente eso. Es una liberación, una especie de viaje desde esa rabia inicial por la enfermedad de mi padre a un final mucho más bonito, un camino en el que te das cuenta de que, al final de todo, merece la pena quedarse aquí por muchas cosas. Eso que decía del músico analfabeto forma parte también de esa rabia inicial. En el primer capítulo odio muchísimas cosas, pero cualquier lector que tenga un poco de oficio sabe que hay mucho de rabia, de chiste, y que soy otra persona. No soy un cascarrabias ni un odiador profesional. —De hecho hay mucho humor en estas páginas. —Es curioso, porque mucha gente me ha tachado de pesimista, pero todo es humor negro, todo es una broma eterna, un mamoneo. Me encanta reírme, lo que pasa es que mi sentido del humor es tarantinesco. —También hay mucho desdén por el ruido, la farra, la parafernalia que rodea al mundo de la música. —Claro, porque eso no nutre absolutamente nada. Yo ya lo probé, lo dije en «La Resistencia», cuando conté que no iba a fiestas. No lo digo por hacerme el rancio: es que ya he ido, y a muchas. A muchísimas. Y al final me gusta más estar leyéndome un buen libro, o viéndome una serie, o una película, porque muchas de esas charlas que hay en las fiestas son circulares y estériles. —Las lecturas, en cambio, acaban en sus letras. —Es que encima todo mi estilo está basado en esas referencias. —¿Hay más de confesional en este libro que en sus letras? —En las letras hay más filigrana, y es otro código, porque estás encorsetado dentro de la instrumental, que te limita. En el libro hay una libertad absoluta, se puede ir por muchos caminos. Para mí ha sido una experiencia muy liberadora: no tengo una instrumental que me diga que tengo que caer en los bombos y en las cajas. Aquí no tengo que caer en ningún lado. Ha sido un disfrute que me ha recordado a cuando empecé a rapear. Era guapísimo, porque sentía que podía contar mil cosas, porque estaba empezando. Ahora ya han pasado 22 años y he contado muchísimas en el rap, pero en la literatura acabo de empezar. —¿Es el primer libro de muchos? —Yo creo que sí. Voy a intentarlo: quiero escribir. —De alguna manera, «Búnker» destierra el ideal de hombre duro del rap. Aquí se muestra frági: habla de la depresión, del TOC... —Es un concepto, el del tipo duro, que creo que está muy distorsionado, en el rap y en todo. Un tipo duro era mi padre, o mi madre, con tres curros para mantenernos. Un tipo duro es un luchador profesional, que tiene que hacer una dieta, que tiene dormir unas horas, que vive para entrenar, que se pega doce asaltos con otro… Las personas más duras que he encontrado en mi vida son tiernas, frágiles y cariñosas. —¿Se ha sentido un extraño en el mundo del rap por su imagen atípica? —Pues no, porque curiosamente toda esa lucha inicial, que sí la hubo, porque yo no era tan típico, me hizo más fuerte. Al final hay muchísima más gente como yo. No hay más que echar un vistazo en un festival, en una sala, en la calle: hay gente buena, normal. Es muy bonito envejecer viendo que la gente que te sigue es gente buena. Se palpa en su educación, en cómo se acercan a ti, en cómo te hablan. No tengo nada que envidiarle a esa figura del rapero americano duro, gángster, que ha vivido en los guetos de Estados Unidos y se ha criado en familias desestructuradas y rodeadas de violencia. Yo soy un privilegiado en ese sentido, porque obviamente esas personas no lo eligen. He tenido la suerte de nacer con unos padres cultos y que me han dado mucho cariño y me han tratado con amor. Y yo trato a la gente así. —En «Sota, caballo y yo» toma la frase de Bolaño de que todo escritor es patético... ¿En qué sentido es patético un escritor? —Yo no sé lo que quería decir Bolaño. Hay miles de lecturas en esa cita. Pero yo la hice mía porque pensaba que el oficio de escritor es patético porque, desde mi punto de vista, estás escondido en un estudio. No es tan digno y tan puro como el que está pintando una fachada o como el que está construyendo los cimientos de una casa, que están tocando las cosas con la mano. —Es la paradoja de que para crear necesitas distanciarte del mundo, pero si pierdes el contacto, ¿sobre qué vas a escribrir? —Eso es. Y de repente haces cosas que se tocan y dices: esto no es patético, es de verdad. Siempre está esa eterna pelea. —Decía antes que su padre, su enfermedad, su muerte, es la columna vertebral del libro. ¿Necesita el dolor, la adversidad, para crear? —Es curioso, porque una situación como la de mi padre a mí me ha dado mucha miga para crear, me ha sacado algo de dentro. Sin embargo, si eres una persona ordenada... Hay veces que esa rutina es cabrona, porque cuando todo está bien, ¿qué cuentas? Ahora bien, hay gente que directamente, no solo en el rap, también en la literatura, se han perdido por las drogas. Pero a la vez está esa putada. El alcohol en mi caso. Lo decía Residente en «René», la canción nueva que ha sacado, y me siento súper identificado, y me parece valiente que lo diga alguien tan conocido como él: «Escribo bien sobrio, pero escribo mejor borracho». Es que inspira, deshinibe, y eso sirve. —Por cierto, ¿cuáles son los libros que más le han marcado últimamente? —De los últimos años, que se me hayan quedado grabados, sin duda el libro más bestial que he leído es «La tentación del fracaso», de Julio Ramón Ribeyro. Es una especie de diario, ochocientas páginas que te las bebes. Es una maravilla, pura literatura, de los mejores diarios que he leído. También el último de Enrique Vila-Matas, «Esta bruma insensata», y «La mujer que mira a los hombres que mira a las mujeres», de Siri Hustvedt, que me dejó loco. Y recomendaría el libro de Elisa Victoria, «Vozdevieja», que es precioso. Y hace poco estuve leyendo uno que me moría de risa, que se llama «Trampa 22», de Joseph Heller, un libro de humor sobre la guerra.

[Solo los usuarios registrados y activados pueden ver los enlaces. Haga clic aquí para registrarse ... ]



[Solo los usuarios registrados y activados pueden ver los enlaces. Haga clic aquí para registrarse ... ]







[Solo los usuarios registrados y activados pueden ver los enlaces. Haga clic aquí para registrarse ... ]
Responder Citando
Respuesta


Normas de Publicación
No puedes crear nuevos temas
No puedes responder mensajes
No puedes subir archivos adjuntos
No puedes editar tus mensajes

Los Códigos BB están Activado
Las Caritas están Activado
[IMG] está Activado
El Código HTML está Desactivado

Ir al Foro

Temas Similares
Tema Autor Foro Respuestas Último mensaje
Asesinado a tiros el rapero Pop Smoke en su casa de Hollywood Amaya Hablemos de música 0 20-Feb-2020 05:25
Un libro ilustrado recuerda la increíble historia del elefante del Museo d CCNN winche ¿ Qué puedo leer? 0 27-Aug-2019 19:21

La franja horaria es GMT +2. Ahora son las 12:58.
Powered by : vBulletin; Versión 3.8.11
Copyright ©2000 - 2024, Jelsoft Enterprises Ltd.
Shoutbox provided by vBShout v6.2.18 (Lite) - vBulletin Mods & Addons Copyright © 2024 DragonByte Technologies Ltd.
@apurados.com
Design by HTWoRKS
Modificado por Apurados