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Sara Carbonero ha cumplido 36 años este lunes 3 de febrero en un momento complicado, pero con optimismo y esperanza. Después de haber terminado su tratamiento con radioterapia más de tres meses atrás y de comenzar el año 2020 viajando a España, su residencia en Oporto se ha convertido en el oasis de serenidad que necesitaba tras el impacto personal que le causó el diagnóstico de cáncer de ovarios el pasado mes de mayo.La vivienda de lujo donde se asienta junto a Íker Casillas y sus pequeños Martín y Lucas, ubicada frente al paseo marítimo de la exclusiva zona de Foz, le permite levantarse cada mañana con el ruido de las olas y disfrutar de unas vistas maravillosas del Océano Atlántico. Es la mejor terapia para la nueva vida que tuvo que iniciar con posterioridad al descubrimiento de la dolencia.Ella misma ha mostrado en las redes sociales algunas imágenes de su domicilio portugués, también refugio adecuado para Íker Casillas desde que sufrió un infarto de miocardio el 1 de mayo de 2018, día señalado en su mente porque marcó un punto de inflexión en su carrera. De hecho, no ha vuelto a jugar al fútbol de manera profesional, aunque oficialmente todavía no se ha retirado.Pero Sara está demostrando una gran determinación y entereza para salir adelante, con un cambio de valores y prioridades en su devenir cotidiano. Así, se centra cada vez más en lo esencial, en lo verdaderamente importante, comenzando por su marido y sus hijos.
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