La Inquisición española: entre el mito y la realidad

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Aunque indudablemente brutal, investigaciones recientes sugieren que la Inquisición no fue tan mortífera como los relatos tradicionales han propuesto.

La Inquisición española, a menudo envuelta en un aura de mitos y terror, representa uno de los capítulos más oscuros y malentendidos de la historia europea. Instaurada en 1480 por los Reyes Católicos, esta institución ha sido sinónimo de represión y fanatismo religioso. Sin embargo, detrás de la leyenda negra existen realidades complejas y dimensiones históricas menos conocidas. Este artículo busca desentrañar esos mitos, explorando la verdadera naturaleza y el impacto de la Inquisición, para ofrecer una perspectiva más matizada y fundamentada sobre su papel en la historia de España y Europa.

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Auto de fe en Madrid en el año 1680. Francisco Rizi / Wikimedia

El origen de la Inquisición española

La Inquisición española fue establecida en 1480 tras una petición de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, al Papa Sixto IV, quien aprobó su creación mediante una bula papal. Este tribunal fue concebido como un instrumento para mantener la ortodoxia católica en los reinos de Castilla y Aragón, especialmente entre los conversos, aquellos judíos y musulmanes que habían adoptado el cristianismo bajo la presión de las reconquistas y las políticas de homogeneización religiosa. Durante este período, la convivencia religiosa en la península ibérica comenzó a desmoronarse. La Inquisición buscaba asegurar la conversión genuina y perseguir a quienes practicaban su fe original en secreto, estableciendo un control estricto sobre la ortodoxia religiosa en un ambiente de creciente hostilidad y desconfianza hacia las minorías religiosas.

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Una mujer torturada por la Inquisición. Víctor Manzano y Mejorada / Wikimedia

Herramienta de control

Tras la expulsión oficial de los judíos en 1492, la Inquisición española se consolidó como un mecanismo de control estatal vital para los Reyes Católicos. Su jurisdicción se extendió rápidamente más allá de Castilla, alcanzando todas las regiones bajo la corona española, incluidas las colonias americanas. Tomás de Torquemada, nombrado Inquisidor General en 1483, desempeñó un papel crucial en la radicalización del tribunal. Bajo su dirección, la Inquisición intensificó la persecución de los conversos acusados de herejía y apostasía. Torquemada es a menudo retratado como un fanático implacable, cuyo legado está marcado por la severidad de los juicios y las numerosas ejecuciones que supervisó. Su gestión dejó huella en la memoria histórica de España, convirtiendo a la Inquisición en sinónimo de terror y represión religiosa.

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Condenados por la Inquisición según Eugenio Lucas Velázquez. Wikimedia

Las persecuciones

La actividad de la Inquisición española tuvo importantes repercusiones socioeconómicas. Mediante la confiscación de bienes de los condenados, enriqueció las arcas estatales y de la Iglesia, mientras empobrecía a comunidades enteras, especialmente a judíos y musulmanes convertidos, que a menudo eran el blanco de acusaciones. Este saqueo sistemático contribuyó a un clima de miedo y desconfianza, inhibiendo el desarrollo económico y la innovación intelectual. La persecución no solo afectó a las minorías religiosas sino también a intelectuales y científicos, limitando el avance del pensamiento crítico y científico en España. A largo plazo, estas acciones fomentaron un aislamiento cultural y un retraso en el desarrollo comparado con otras regiones europeas que experimentaban el Renacimiento y más tarde la Ilustración.

El mito de la Inquisición española

La percepción popular de la Inquisición española, como un régimen de tortura y muerte arbitraria, ha sido ampliamente revisada por historiadores contemporáneos. Aunque indudablemente brutal, investigaciones recientes sugieren que la Inquisición no fue tan mortífera como los relatos tradicionales han propuesto. De hecho, la tasa de ejecuciones fue significativamente menor en comparación con los tribunales seculares de la época. Otros países europeos, como Francia y Alemania, experimentaron persecuciones religiosas con un saldo mucho mayor de víctimas debido a las guerras de religión y las cacerías de brujas, más propias del centro y norte de Europa que de Castilla. En este contexto, la Inquisición española, aunque implacable, utilizaba un sistema de juicios que a veces ofrecía más garantías procesales que sus contemporáneos europeos. Este reenfoque ayuda a entender la Inquisición no como una anomalía española, sino como parte de un fenómeno europeo más amplio de control religioso y social.

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Auto de fe por Pedro Berruguete. Wikimedia

Comprender la Inquisición española dentro de su contexto histórico correcto es crucial para desentrañar los mitos que la rodean y apreciar la complejidad de su impacto en la historia. Es esencial mirar más allá de las imágenes estereotipadas y examinar las evidencias y estudios actuales que ofrecen nuevas perspectivas sobre su funcionamiento y consecuencias.

muyinteresante.es / Fran Navarro, 18 junio 2024