La Armada Invencible: la verdadera historia más allá de la derrota

[valalca]

La propaganda inglesa ha llevado a pensar que España perdió su capacidad naval en una sola derrota. Nada más lejos de la realidad.

En 1588, una flota española zarpó hacia Inglaterra con el propósito de restaurar el catolicismo y desafiar el dominio naval inglés. Conocida históricamente como la "Armada Invencible", esta expedición ha estado rodeada de mitos y narrativas dramatizadas, especialmente desde la perspectiva inglesa. Recientes estudios historiográficos, sin embargo, están desentrañando estos relatos, ofreciendo nuevas interpretaciones que equilibran la balanza entre ficción y realidad. Este artículo busca explorar estos avances, desafiando las concepciones tradicionales y revelando la verdadera historia más allá de la derrota legendaria.

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La Armada Invencible. Philip James de Loutherbourg / Wikimedia

España vs. Inglaterra

En el siglo XVI, las tensiones geopolíticas y religiosas entre España e Inglaterra alcanzaron su punto culminante bajo el reinado de Felipe II de España y la reina Isabel I de Inglaterra. Esta época estuvo marcada por profundos conflictos religiosos, con España liderando la causa católica y Inglaterra abrazando la Reforma protestante tras la separación de la Iglesia Católica. Felipe II, motivado por restaurar el catolicismo en Inglaterra y detener el apoyo inglés a los rebeldes protestantes en los Países Bajos, ideó una invasión con la llamada Armada Invencible. Su estrategia no solo buscaba un cambio religioso sino también fortalecer la posición de España como dominante potencia mundial, neutralizando así la amenaza que representaban los corsarios ingleses, como Francis Drake, que hostigaban los galeones españoles y sus rutas comerciales vitales.

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La Armada española contra las naves inglesas. Wikimedia

La misión de la Gran Armada

La estrategia de la Gran Armada consistía en una operación anfibia de enorme escala, iniciando con la reunión de una poderosa flota en Lisboa. El plan detallaba que esta flota se dirigiría al norte para encontrarse con el ejército del duque de Parma, Alejandro Farnesio, en Flandes. Juntos, planificaban cruzar el Canal de la Mancha para desembarcar en Irlanda y luego en Inglaterra, asegurando puntos estratégicos para facilitar la invasión. Los Tercios de Flandes, unidades de élite españolas, jugarían un papel crucial en el asalto terrestre.

Sin embargo, el plan tuvo desafíos logísticos significativos, desde retrasos en la preparación de la flota hasta la falta de coordinación entre Medina Sidonia y Farnesio. El duque de Medina Sidonia, nombrado al mando a pesar de sus propias dudas sobre su experiencia, se vio obligado a tomar decisiones críticas bajo presión, navegando entre tempestades y la robusta defensa inglesa, complicando aún más la ejecución de una estrategia ya de por sí arriesgada.

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Ruta de la Armada Invencible. Wikimedia

Contratiempos

La travesía de la Gran Armada hacia Inglaterra estuvo marcada por una serie de contratiempos y batallas críticas, especialmente notable en los enfrentamientos en el Canal de la Mancha. Tras navegar desde Lisboa, la Armada se encontró con la flota inglesa, liderada por Sir Francis Drake y el almirante Charles Howard. Los ingleses, conscientes de su inferioridad en combate cuerpo a cuerpo, optaron por tácticas de acoso a distancia, aprovechando su artillería naval superior y la agilidad de sus barcos.

El encuentro más significativo ocurrió en las costas de Gravelinas, donde las dos flotas se enfrentaron en un intenso intercambio de cañonazos. La Armada, intentando reunirse con las fuerzas de Parma para el asalto conjunto, fue obstaculizada por los ataques ingleses y por las adversas condiciones meteorológicas. Vientos contrarios y fuertes tormentas dispersaron a los barcos españoles, dificultando la comunicación y la cohesión entre las unidades.

Estos problemas de coordinación fueron cruciales, impidiendo que la Armada se reagrupara efectivamente o desembarcara sus fuerzas en suelo inglés. Finalmente, el mal tiempo forzó a la Armada a una peligrosa ruta de regreso alrededor de las Islas Británicas, sufriendo graves pérdidas a causa de las tormentas en el Mar del Norte y el Atlántico. Esta serie de eventos frustró la misión de la Armada y dejó una huella destacada en la historia naval.

Las consecuencias y la propaganda inglesa

El fracaso de la Gran Armada en 1588 tuvo importantes repercusiones tanto para España como para Inglaterra. Para Felipe II, la derrota fue un golpe emocional y un revés significativo para sus ambiciones de reinstaurar el catolicismo en Inglaterra. A pesar de su profunda decepción, mantuvo una fachada de dignidad, insistiendo en que había enviado a su flota a luchar contra los hombres y no contra los elementos divinos.

En Inglaterra, el desenlace se capitalizó extensamente como un triunfo propagandístico. La narrativa de una "pequeña y valiente" flota inglesa que derrotaba a una fuerza invasora "invencible" se utilizó para fomentar un sentido de identidad nacional y destino manifiesto. A pesar de la percepción de una derrota aplastante española, la realidad fue que la competencia naval entre ambas naciones continuó, con España manteniendo una poderosa presencia marítima y recuperándose rápidamente para continuar sus rutas comerciales y expediciones militares, demostrando que su poderío naval estaba lejos de ser aniquilado.

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La batalla de Gravelinas por Nicholas Hilliard. Wikimedia

El relato de la Armada Invencible ha sido esculpido tanto por narrativas nacionales como por nuevos descubrimientos históricos. Estos avances subrayan la importancia de revisitar y cuestionar las versiones tradicionales de la historia, permitiéndonos comprender más profundamente las complejidades y matices de los eventos pasados.

muyinteresante.es / Fran Navarro, 11 junio 2024