Descubre la increíble paloma arcoíris (no está creada por inteligencia artificial)

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¿Sabías que existe una paloma que parece pintada con los colores del arcoíris? Te presentamos al 'vinago cuellirrosa', un ave exótica que no es fruto de la inteligencia artificial, sino de la evolución natural.

Hay quien dice que las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, son capaces de crear cosas de aspecto inimaginable. De entrada, nada más contrario a la realidad: las llamadas inteligencias artificiales de creación de imágenes, como Midjourney o Dall-e, en realidad carecen de creatividad: solo obtienen gran cantidad de imágenes y las combinan, a través de diversos algoritmos, para formar ciertos patrones, siguiendo las instrucciones o prompts proporcionadas por el usuario.

Es más cierto afirmar que la naturaleza sigue sorprendiendo con “diseños” que parecen totalmente irreales. Entrecomillo “diseños”, porque en realidad no existe ninguna mente creadora de esos patrones; es el proceso ciego de evolución biológica el que, mediante variaciones y selección, acumula nuevos rasgos y proporciona esos patrones tan sorprendentes. Al fin y al cabo, la evolución ha contado con miles de millones de años de prueba y error.

Una paloma auténtica, con colores de fantasía

En los bosques del Sudeste Asiático habita una paloma que, por su colorido, despierta la curiosidad de todo el que la ve. Su nombre común más aceptado es el vinago cuellirrosa (Treron vernans), aunque con frecuencia recibe el calificativo de paloma arcoíris, y solo con ver una fotografía, es fácil conocer el motivo.

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Paloma arcoíris (‘Treron verans’) — JJ. Harrison/Wikimedia

El nombre científico, dado por el propio Linneo, ya indica la fascinación que sintió al ver a este animal: su epíteto específico, vernans, procede del latin vernantis, que significa ‘brillante’, ‘floreciente’ o ‘primaveral’. Pertenece al género Treron, que incluye las llamadas palomas verdes, todo un género de 30 especies de columbiformes distribuidas por Asia y África, que presentan colores vivos y llamativos.

En el conjunto de las palomas, la arcoíris es considerada de tamaño mediano. Mide en torno a 30 centímetros de longitud, y pesa unos 150 gramos, lo que la hace de talla similar a la tórtola de collar, y algo más pequeña y ligera que la paloma bravía —ambas especies, comunes en los pueblos y ciudades de España—.

El color del plumaje cambia drásticamente entre el macho y la hembra —lo que se denomina dimorfismo sexual—. La hembra tiene el pecho, la garganta y la cara amarillentos, y la cabeza de un tono más verdoso, mientras que el macho tiene el cuello y el inicio del pecho de un llamativo tono rosa, el bajo pecho anaranjado y la cabeza de color grisáceo.

En ambos sexos, el resto del cuerpo comparte patrón de colores: el dorso de un tono verde aceituna, y las alas verdes, negras y con una banda amarilla; el vientre amarillento con flancos grises, y la cola gris y castaña, con una línea negra que remata el margen. El pico puede ser entre verde azulado a gris o blanco, y las patas rosadas o rojizas.

Dimorfismo sexual, no solo en los colores

Al escuchar a este animal en estado silvestre, uno esperaría, por afinidad, oír un arrullo similar al de la paloma bravía, al que estamos acostumbrados. Sin embargo, el sonido que emite el macho de la paloma arcoíris es un silbido, compuesto por tres sílabas, que concluye en un arrullo corto y áspero.

Aunque esa llamada suele tener función reproductora, se puede escuchar todo el año. Eso se debe a que no tiene una época específica para la cría, sino que lo hacen en cualquier momento. Cada miembro de la pareja cumple un rol marcado en la preparación de la puesta: el macho recoge material del entorno para llevarlo a la zona de anidada, y es la hembra la que construye el nido, generalmente, a poca altura.

Una vez establecidos, la hembra pone dos únicos huevos, que son incubados alternativamente por el macho y la hembra hasta la eclosión. Tras ello, ambos parentales continúan cuidando de los pollos durante un par de semanas, hasta que los pequeños consiguen abandonar el nido. No se sabe mucho más sobre los hábitos reproductivos de la paloma arcoíris: los registros de reproducción se limitan a unas pocas referencias observacionales en Singapur.

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Paloma arcoíris macho y hembra (‘Treron verans’) — NatureAtYourBackyard/Wikimedia

¿Dónde vive la paloma arcoíris?

Para ver a estos animales tan espectaculares en su hábitat natural, hay que viajar hasta el Sudeste Asiático. La distribución del vinago cuellirrosa abarca los territorios de Camboya, Indonesia, Malasia, Birmania, Tailandia, Vietnam, Singapur y Filipinas. Se desconoce el tamaño de su población, pero se describe como un ave bastante abundante y de observación común. La población se considera, además, estable, y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) considera la especie en estado de preocupación menor, el más bajo rango de protección existente. No se conocen amenazas que supongan un peligro para la especie.

A diferencia de otras palomas, el vinagro cuellirrosa no es un ave migratoria. Habita en climas tropicales y subtropicales, y prioriza los entornos boscosos, desde el manglar, hasta el bosque de montaña. Alcanza altitudes máximas de 1200 metros. También hay poblaciones residentes en campos de cultivo y otras plantaciones, donde encuentran fácilmente grandes cantidades de alimento.

muyinteresante.es/ Álvaro Bayón, 06 octubre 2023