El cierre de colegios no es efectivo para reducir los casos graves de Covid-19, según

[Amaya]

Si al principio de la pandemia de Covid-19 nadie parecía dudar de que el cierre de los colegios era una medida necesaria para frenar los contagios y los casos graves, ahora cada vez hay una mayor evidencia de que las escuelas no son el problema y que privar a los niños de asistir a los centros no se traduce en una mejora significativa de los datos sanitarios. Entre otras cosas, porque se ha demostrado que la circulación del virus entre los más pequeños es baja. Investigadores de la Universidad de Hong Kong, la Academia China de Ciencias y el Instituto Politécnico Rensselaer sugieren que se puede lograr una reducción en los casos fatales de coronavirus sin la necesidad de tanta disrupción social, en un estudio sobre los impactos de los cierres de varios tipos de instalaciones que publica la revista «Chaos», de AIP Publishing.Después de ejecutar miles de simulaciones de la respuesta pandémica en la ciudad de Nueva York, con variaciones en el comportamiento de distanciamiento social en el hogar, en las escuelas, en las instalaciones públicas y en el lugar de trabajo, mientras se consideraban las diferencias en las interacciones entre los diferentes grupos de edad, los resultados fueron sorprendentes. Los investigadores encontraron que el cierre de escuelas no es muy beneficioso para prevenir casos graves de Covid-19. Menos sorprendente es que el distanciamiento social en los lugares públicos, especialmente entre las poblaciones mayores, sea el factor más importante.«La escuela solo representa una pequeña proporción del contacto social ... Es más probable que las personas se expongan a virus en instalaciones públicas, como restaurantes y centros comerciales», señala Qingpeng Zhang, uno de los autores. «Dado que aquí nos centramos en las infecciones graves y los casos de fallecidos, el cierre de escuelas contribuye poco si los ciudadanos de edad avanzada no están protegidos en las instalaciones públicas y otros lugares», advierte.Debido a que la ciudad de Nueva York está tan densamente poblada, los efectos de las escuelas son significativamente menores que las interacciones generales del día a día en público, porque los estudiantes son generalmente los menos vulnerables a infecciones graves. «Los estudiantes pueden ser un puente de conexión entre las personas vulnerables, pero estas personas ya están muy expuestas en las instalaciones públicas. En otras ciudades donde la gente está mucho más distanciada, los resultados pueden cambiar», advierte Zhang.Los autores enfatizaron que si bien estos hallazgos tienen implicaciones prometedoras, sigue siendo solo un modelo y no puede capturar las complejidades y los detalles sutiles de las interacciones de la vida real en una medida perfecta. «Dados los patrones mezclados de edad y ubicación, hay tantas variables a considerar, que la optimización es un desafío. Nuestro modelo es un intento», concluye Zhang.

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