Ricky Merino & Conchita Wurst: «Cuando nos llamaban «maricón» en el colegio no sabíam

[SHAKIRA]

Ricky Merino y Conchita Wurst (ganador del Festival de la Canción de Eurovisión 2014) unen sus fuerzas en esta versión del clásico «Smalltown Boy» de los británicos Bronski Beat. El artista austriaco Tom Neuwirth y su alter ego Conchita Wurst, se suman al proyecto del cantante mallorquín Ricky Merino tras conocer el mensaje positivo que el español ha lanzado al mercado nacional de lucha y superación. La canción, grabada entre España y Austria y producida por Juan Sueiro, es una versión actualizada con toques pop y sonidos europeos en la que ambos artistas muestran conexión con sus voces, denotando además nuevos rangos vocales. Los artistas, tras conocerse, pusieron en común una misma inquietud musical y artística y así la plasman en el videoclip de la canción grabado íntegramente en Viena y dirigido por Salva Musté. Esta versión supone ser la primera vez que un ganador de Eurovisión publica un sencillo junto a un solista español, algo que para Ricky Merino es un sueño cumplido y una manera de afianzarse en el mercado discográfico. Tom Wurst continúa con su exitosa carrera internacional siendo uno de los referentes mundiales para el colectivo LGTBI+ (ha llegado a estar presente en el Parlamento Europeo lanzando un mensaje de tolerancia y respeto). En la actualidad el artista presenta un nuevo álbum, «Truth Over Magnitude», cuyo single de presentación «Hit Me» sorprendió al mundo acompañado de un sorprendente cambio de imagen. Además es el presentador del talent musical «FameMaker» que se emite en la televisión alemana. Ricky Merino, artista español y presentador actual de la versión española de «Sing On!» para Netflix, sigue publicando singles mientras descubre nuevos sonidos junto a su discográfica Universal Music Spain. Este single es un un punto y aparte para un año en el que también ha lanzado al mercado con éxito los singles «Perfecto» y «Bestia». Además fue uno de los artistas invitados en el himno del Madrid Pride 2020. La vida de un homosexual en un pueblo pequeño puede ser bastante dura, ¿me equivoco? (Ricky) No te equivocas en absoluto, lo es. Quiero pensar que la sociedad ha evolucionado y que no hay tantas situaciones de desprecio y rechazo como hace décadas, pero desgraciadamente siguen ocurriendo. Yo crecí en una ciudad pequeña, Palma de Mallorca, y hasta que no me armé de valor y comprendí que lo que me sucedía no era algo malo como me hacían creer, recibí muchísimos insultos por ser diferente. Y uso la palabra «diferente» porque cuando comenzaron a llamarme «maricón» en el colegio, ni yo sabía lo qué significaba ni qué era lo que a mí me gustaba, era muy pequeño. Cuando fui creciendo, creí que si «maricón» era un insulto era porque la homosexualidad era algo malo y yo no quería ser un «maricón de esos». Me faltaban referentes, gente con la que poder hablar o identificarme, y cuando empecé a tenerlos comencé a aceptarme y a quererme por ser cómo soy. Pero todo ese proceso, en un pueblo o ciudad pequeña, es más lento. Hace poco saltaba en los medios la noticia de que a un chaval le habían dejado inconsciente al darle una paliza por ser homosexual, y poco tiempo atrás en Galicia una joven se quitaba la vida por el acoso recibido por ser bisexual. Sigue ocurriendo, aunque haya quien prefiera apartar la mirada por comodidad y querer pensar que no. (W) Creo que crecer, en general, es difícil, sin importar la orientación sexual que tengas. Y creo que crecer en el campo en lugar de en una gran ciudad tiene pros y contras, por supuesto, como todo en la vida. Por supuesto, es más difícil ver a otras personas queer en el campo, supongo, así que quizás lo más difícil de crecer en un pueblo pequeño es pensar que eres el único que es «diferente». ¿Cómo describiríais esta experiencia musical y personal? (R) Es un sueño hecho realidad. Soy un fiel seguidor del festival de Eurovisión y desde que Tom lo ganó en 2014 he seguido cada paso de su carrera por la admiración que me despierta el talento increíble que tiene. Cuando le planteamos a él y a su equipo la colaboración, yo pensaba que diría que no, no por nada sino porque para mí alguien como él me resulta «inaccesible» por cómo idealizo a los artistas que admiro, y fíjate, dijo que sí. Es súper cercano, amable y trabajar con él ha sido un regalo. (W) Oh, fue fantástico trabajar con Ricky. Me contactó y me preguntó si quería colaborar con él en la edición de radio de «Smalltown Boy» y, por supuesto, le dije que sí. Grabamos las voces por separado, Ricky en España y yo en Viena, y Juan Sueiro, el productor, combinó todo. Y por suerte, Ricky y su equipo pudieron venir a Viena con el director Salva Musté, ¡y lo pasamos muy bien grabando el video musical juntos en un estudio en Viena! ¿Qué otros planes y proyectos tienen entre manos? (R) Ahora mismo estoy muy centrado en el trabajo de estudio. Estoy componiendo y grabando muchos temas con un gran equipo y con el productor con el que hemos lanzado Smalltown Boy, Juan Sueiro. Como a muchos otros artistas, la pandemia ha limitado las oportunidades de subirme a un escenario y tocar en directo, por lo que es el momento de parar, respirar y centrarme en ese proceso creativo. También tengo varias opciones para seguir con mi trayectoria en televisión, que me encanta, pero es cierto que debido al Covid está todo en fase de pre-producción esperando a ver cuándo es posible retomarlo. Lo que te puedo asegurar es que en 2021 habrá mucha música nueva. (W) Por supuesto, todavía estoy promocionando mi álbum y, por otro lado, he estado trabajando en nueva música durante esta pandemia. También estoy interesado en proyectos de cine y televisión, y me encantaría hacer teatro. Pero quién sabe cuándo tendremos eventos y actuaciones regulares frente a una audiencia en el futuro. Así que sigo la corriente y trato de mantenerme entretenido a través del trabajo creativo.Ricky: «Sigo manteniendo lo que dije sobre la diferencia de oportunidades para los artistas homosexuales» ¿Qué os ha robado la pandemia? (R) Pues lo que te he comentado antes: poder subirme a un escenario. 2020 era el año en el que íbamos a empezar a tocar en festivales. Teníamos varias fechas ya cerradas de conciertos y no ha podido ser. Pero es algo que entiendo, al fin y al cabo esta es una situación extraordinaria que no me afecta sólo a mí, sino a todo el mundo, a toda la población. Ya habrá oportunidad de hacerlo. (W) Oh, esa es una forma interesante de ver las cosas. Nunca pensé que la pandemia me hubiera robado nada. Por supuesto, no pude terminar mi gira por Europa, nunca pude actuar para mis fans y frente a audiencias en vivo, y algunos proyectos fueron pospuestos o cancelados por completo. Pero al mismo tiempo, recibí el regalo de poder pasar mucho tiempo en casa, mucho tiempo a solas también, para poder reflexionar mucho y pensar en las cosas que quiero hacer y lograr en la vida. Y, por supuesto, estoy en una situación muy privilegiada, porque hay muchas otras personas que están luchando, que trabajan en la primera línea de nuestro sistema de salud, o que de repente tienen que educar a sus hijos en casa mientras hacen malabares con dos trabajos a tiempo parcial, conn la oficina en casa. Entonces creo que no, la pandemia no me ha robado nada, estoy contento con todo como está. Ricky, cuando se te tachó de «victimista» por denunciar que aún hay vestigios de homofobia en la industria, ¿qué pensaste? Creo que en realidad no hablabas por cosas que te han pasado a ti, sino que sabes que siguen pasando, ¿verdad? (R) Exacto. Lo que más me llamó la atención fue que la gran mayoría de voces críticas viniesen por parte de personas pertenecientes al colectivo LGTBIQ+. Se llegó a una conclusión errónea por un vídeo sacado de contexto de una entrevista muy larga en el que tanto el entrevistador como yo, hablábamos de la diferencia de oportunidades dentro de la industria musical para un artista novel abiertamente homosexual desde el principio de su carrera. Comentábamos que en todas las listas de éxito imperan las canciones sobre el amor heterosexual cantadas por artistas heterosexuales y eso es algo irrefutable. Comentábamos que el no entrar en ese patrón te convierte en un artista menos mainstream. Yo no hablaba tanto de mí sino de una situación real que sigue sucediendo. Sigo opinando y manteniendo lo que dije. (W) ¡Yo creo que hay demasiadas fobias en todas las industrias y en todas partes! No puedo entender por qué la gente le tiene miedo a otras personas debido a sus diferencias. Creo que el mayor potencial de la humanidad es la diversidad, y espero que cada vez más personas se den cuenta de esto. Pero me gusta pensar en las industrias creativas como más de mente abierta en general, y veo cada vez más jóvenes que tienen una mente totalmente abierta, ¡y eso es maravilloso y me da esperanza! ¿Cómo describirían su momento actual en lo artístico y en lo personal? (R) Pues por primera vez en mucho tiempo te puedo decir que me siento «en paz». En paz conmigo mismo, con mi trayectoria y con lo que estoy consiguiendo. Soy consciente de la gran suerte que tengo por poder seguir viviendo de la música y del entretenimiento tantos años después. Trabajo haciendo lo que me gusta, vivo haciendo lo que me gusta, para mí esa es la clave del éxito. Estoy muy feliz y agradecido por lo que tengo, pero ¡ojo! Eso no significa que no siga soñando a lo grande. Aun hay muchas cosas que quiero hacer. ¿Por qué ha quitado el «Conchita» de su nombre artístico? Podría interpretarse como una claudicación? Conchita era la mujer barbuda que cantaba poderosas baladas dramáticas. Y con mi proyecto T.O.M. «Truth Over Magnitude» sentí que necesitaba algo más realista, quería que el proyecto también mostrara visualmente que está más cerca de mí. Así que pensé que Wurst solo representa esa honestidad brutal un poco más que «Conchita Wurst». Al final, siempre soy yo, no importa si estoy en traje de noche o en pantalones de látex, y si canto baladas o música electrónica. Tom, Conchita, Wurst, soy todo eso al mismo tiempo.

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