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Valoración de ABCPlay Oti Rodríguez Marchante Xavier Dolan es un director canadiense extraordinario, y no solo por el cine intenso, erizado e hiriente que hace, sino especialmente porque apenas tiene treinta años y lleva más de una década haciéndolo y explicándose con él por dentro y por fuera. En esta película, que, como otras suyas, también protagoniza (interpreta a Maxime) resulta chocante ver a alguien tan joven en la pantalla y tan potente y profundo detrás de ella. La historia que cuenta es la relación de dos amigos de la infancia que ahora emprenden cada uno por un lado su aventura adulta y profesional (Maxime se va dos años a Australia) y se sustenta sobre dos escenas clave, una al principio, cuando participan entre juegos en el rodaje de un corto universitario y tienen que besarse, y otra, casi al final, cuando han de resolver en un momento quebrado y ambiguo para ellos unos sentimientos que no acaban de comprender ni asimilar. Entre esas dos secuencias, y la primera, la del beso, evadida con una elipsis, está todo el relleno emocional de esa historia entre ellos, las sutilezas y asperezas que surgen tras el beso de ficción y fortuito, su ambiente común, amigos, familia, puerilidades…, nada insólito dentro de un habitual retrato generacional, pero lleno de ese estilo y ese musgo irritante del cine de Dolan, en el que lo «normal» (la relación siempre dolorosa e insalubre con la madre) nunca está a foco.
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