El adiós definitivo de Meghan y Harry: cuatro años de amor, éxito y polémicas

[SHAKIRA]

Desde la entrada de Meghan Markle en la Familia Real británica, la exactriz de Hollywood dejó muy claro que su andadura en la institución no sería la de una «royal» al uso. Numerosas polémicas han salpicado al Harry y a su mujer desde que su noviazgo saliera a la luz, aunque lo cierto es que el matrimonio ha conseguido conquistar a gran parte de la ciudadanía británica y se han convertido en una de las parejas más aclamadas a nivel internacional. El pasado mes de enero, una vez más, los Sussex -desde este martes dejan de utilizar su título de duques- confirmaron lo que ya venía siendo una realidad desde hacía meses: que su camino y el de la Corona ya no apuntaban a una misma dirección. Meghan y Harry anunciaron entonces, de manera unilateral y a través de sus redes sociales, sus deseos de abandonar una institución y un papel que, a su parecer, no les permitía desarrollar el tipo de vida que anhelaban. Decididos a alejarse de los focos y huir de la presión mediática que tantos dolores les ha acarreado, el nieto de la Reina Isabel II y su mujer establecerían su residencia a caballo entre el Reino Unido y los Estados Unidos y trabajarían para ser financieramente independientes. La monarca, sorprendida por la forma en que el matrimonio anunció la noticia y por no haber tenido la oportunidad de hablarlo con ellos detenidamente, finalmente convocó un gabinete de crisis tras el que se estableció que, a partir del 1 de abril, su nieto y su nuera entrarían en un periodo de transición que se revisará dentro de unos meses para valorar, sobre todo, el tema financiero. Tras este huracán bautizado por la prensa británica como «Megxit», Meghan y Harry ofrecieron una última ronda de compromisos oficiales en Londres y ya disfrutan oficialmente de su nueva vida junto a su pequeño hijo Archie, de diez meses, en Los Ángeles. El adiós definitivo a la Familia Real británica, que tantas ampollas ha levantado entre los Windsor, es solo la última y más trascendente polémica de todas las que han protagonizado los Sussex durante los estos casi cuatro años de relación. Pero lo cierto es que, a pesar de todo, el nivel de éxito alcanzado y su don de gentes han catapultado al matrimonio, cuya historia de amor es digna de película, al estrellato. Romance fugazElla, una actriz de éxito; él, nieto de la Reina Isabel II y miembro de la Familia Real británica; el nexo en común: una cita a ciegas. Fue una amigo de ambos quien les presentó, tal y como el propio hermano del Príncipe Guillermo reconocería más adelante en el documental del canal televisivo «Channel 4», Cuando Harry conoció a Meghan.Todo comenzó en julio de 2016. Tras su primera cita, sus encuentros fueron cada vez más, a pesar de que por aquel entonces ella residía en Toronto y él en Londres. «Nunca pasamos más de dos semanas sin vernos», contó Harry en el citado documental, y así fue como hicieron que funcionara: «Todo fue simplemente perfecto».No obstante, la idílica imagen que se proyectó sobre su historia de amor en aquel momento, coincidiendo con el anuncio de su compromiso, poco tuvo que ver con el revuelo que se generó en vista de lo rápido que sucedió todo. Y es que apenas un mes después de conocerse ya viajaron juntos a Botsuana -su primera escapada romántica-, que meses después sería el escenario en el que el hijo del Príncipe Carlos le pediría matrimonio.Ya en octubre de ese mismo año la prensa británica comenzó a hacerse eco del posible noviazgo, y los rumores fueron cada vez a más. En noviembre, la Casa Real emitió un comunicado en el que confirmaba la relación y en el que se referían a Meghan como la «novia» de Harry. Entonces tan solo habían pasado cuatro meses desde que comenzaran a salir, pero la exactriz fue víctima de una gran tormenta mediática que solo sería el comienzo de la que estaba por llegar y que, en parte, ha sido la culpable de su reciente abandono de sus deberes con la Familia Real británica. «Ha sido objeto de una ola de abusos y acoso. Algunos de ellos públicos», contó con gran preocupación de Harry. Aquellas navidades las pasaron por separado, con sus respectivas familias, pero la pareja despidió el año conjuntamente en Noruega. Y así sucesivamente, alrededor el mundo, pues la suya ha sido desde el principio una relación «todoterreno». La oficialización definitiva de su noviazgo fue durante un partido de polo en el que se dieron su primer beso en público, pero todo cambió sin duda cuando, poco antes de prometerse, Meghan, todavía actriz y figura pública, concedió una entrevista a la revista «Vanity Fair», en la que habló abiertamente sobre su relación con Harry. La pareja, que anunció su compromiso en noviembre de 2017, se casó finalmente el 19 de mayo de 2018 en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor. Desde entonces, y hasta ahora, no ha habido decisión, comportamiento o actuación del matrimonio que no se haya analizado con lupa, una situación que ha terminado crispando a los a la pareja, pero que también ha repercutido en su relación con el resto de miembros de la Casa Real. Un constante tira y afloja entre las normas impuestas por la realeza y su corazón.La ausencia de Thomas Markle, padre de Meghan, en la boda de su hija con el Príncipe Harry era solo la punta del iceberg. Desde ese momento, los medios ingleses comenzaron una guerra por ver quién daba las declaraciones más polémicas de un hombre que parece querer arruinar a toda costa la reputación de su hija. También su hijo, Thomas Markle Jr, ha intentado aprovecharse de la posición de su hermana para ganar dinero: han compartido imágenes personales y han aireado sus «trapos sucios». Embarazo y rumoresEn octubre de 2018, tras el anuncio de su embarazo, las polémicas y habladurías no hicieron sino aumentar. Los teóricos planes secretos de Meghan para dar a luz en su casa o sus supuestos deseos de criar a su hijo en «género neutro» son solo algunos de los rumores que se propagaron desde su entorno, y que fomentó la prensa británica. Además, después del nacimiento anunciaron que, con la intención de mantener a su hijo más protegido, le presentarían oficialmente cuando ellos creyeran oportuno, una iniciativa aplaudida por muchos pero que consiguió enfadar a la ciudadanía británica, muy volcada con la realeza. Personal «enfadado»Desde su entrada en la Casa Real, también se ha hablado mucho de los miembros del personal de Meghan que han dimitido, según señalan diversas fuentes, por la imposibilidad de entenderse con ella. «La duquesa difícil», es el apodo con el que algunos se refieren a Meghan después de que dimitiera su guardaespaldas, su asistente personal y varias niñeras del pequeño Archie. AbandonoTal y como ya adelantaron Meghan y Harry hace unos meses, tras volver de su viaje por Sudáfrica, todas estas polémicas y el escrutinio constante de su comportamiento por parte de la prensa ha hecho mella en sus vidas, por lo que anunciaron una retirada temporal de la vida pública. Pero esta decisión fue solo el «preaviso» de lo que vendría después: los Sussex abandonan definitivamente este martes sus deberes con la Familia Real británica.

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