La semana en la que Ágatha Ruiz de la Prada adelgazó 10 kilos

[SHAKIRA]

«No me gustan las sorpresas», dijo de entrada Ágatha Ruiz de la Prada, que recordó que años ha los del programa «Inocente, inocente» involucraron a su equipo de trabajo para darle una sorpresa y «el 80% acabó despedido». Aunque cuando lo dijo parecía que iba en serio, al parecer exageró, ya que luego «los fue readmitiendo», o al menos eso precisó Carlos Sobera minutos más tarde. «No me gustan las fiestas sorpresa, ni los cumpleaños sorpresa», insistió la diseñadora al presentador, quien se lo tomó con su habitual sentido del humor. «Me veo despedido», reía. Pero, en el fondo, sabía que tocaba la tierra firme del acierto, que jugaba sobre seguro, puesto que tenía dos cartas ganadoras en la manga, de nombre Tristán y Cósima. Son los nombres de los hijos de la diseñadora, que se sentaron por primera vez juntos en un plató de televisión y que fueron los que quisieron dar una sorpresa a su madre vía «Volverte a ver». Los inicios Ágatha Ruiz de la Prada (Madrid, 1960) tenía 20 años cuando empezó a trabajar en un estudio madrileño. Y organizó su primer desfile en 1981. Dice que a su temprana fama ayudó salir muy pronto en la televisión. A los tres meses de aquel desfile ya la «conocía la gente por la calle». En España. Pero también el mundo. «En 1982 o 83 el "New York Times" me dedicó una página entera». Aún así, la opinión generalizada en España era unánime: «Esta tía está loca». Ya hace tiempo que ese concepto cambió: «Me he convertido en un clásico». «Aghatizando» el mundo Desde entonces se ha dedicado a «aghatizar» el mundo. «Aghatizar» fue el verbo que más se repitió durante le entrevista. «¿Algo que no hayas «agathizado?», preguntó Sobera. «No te creas que es fácil "agathizar". La gente dice, son cuatro corazones y ya. Y no», se reivindicó. Los hombres son mejores clientes «Agathiza» todo lo que puede, pero la moda masculina se le resiste un tanto. «Hago menos de lo que me gustaría», admitió. Entre otras razones, desearía hacer más porque «los hombres son mejores clientes». «¿Por qué?», preguntó el presentador. «Porque un hombre repite y la mujer nunca quiere repetir. Un hombre, si le gusta lo que pones, dice "quiero 20 igual"». Conoce a muchos famosos, hombres y mujeres, pero a muchos no los vestiría, porque no son santo de su devoción. Aunque hay algo que la haría cambiar de opinión: «Al final si alguien me compra un traje me suele caer como mejor», admitió sonriente. Reconocimiento tardío Es cierto, como dice, que ya es un clásico. Ha ganado la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2009) y el Premio Nacional de Diseño de Moda (2017). Restó importancia a estos galardones. «Si dan una medalla a la moda y hay 20 diseñadores, por una regla de tres te tienen que dar el premio a ti algún año». En los últimos tiempos ha notado mayor reconocimiento. «La gente como que me quiere más. Y si te quieren, más rindes más», dice, y por eso asegura estar pasando un período creativo fértil. «Shock diet» La diseñadora, separada desde 2016 tras 30 años de relación, sufrió con ese proceso que no vio venir. «Muchas veces es peor una sorpresa que una mala noticia», sentenció. Con el paso del tiempo, pone buena cara al mal tiempo. «Tuvo una cosa buena y es que adelgacé diez kilos en una semana. Se llama "shock diet", dieta de shock». Segunda juventud Tras el divorcio, se reinventó, recalcó Sobera, que explicó que a partir de ahí nació una Ágatha «más dinámica, más alegre». Una segunda juventud, en definitiva. Sus hijos colaboraron para que saliese del túnel. «La separación humaniza mucho a tus padres», analizó Tristán Ramírez. «Ha sido una oportunidad muy buena y creo que hemos acabado siendo mucho más amigo de nuestros padres», añadió Cósima. En esos duros momentos, no solo se apoyó en sus hijos. También lo hizo en sus amigas. Se dijo a sí misma: «Solo voy a hacer lo que digan mis amigas, y ellas me ayudaron mucho». * Reina de corazones Tristán y Cósima Ramírez , que estudiaron Historia, trabajan juntos en el taller de la diseñadora. Los nombres tienen su explicación: «Mi madre quería que fuésemos músicos. Pensó que poniéndonos musicales algo se nos pegaría, pero no». Elogiaron su capacidad de trabajo: «Es hiperactiva. Y si hace falta despertarse a las cuatro de la mañana y acostarse a las dos del día siguiente, lo hace». La dinámica del programa obliga a entregar al protagonista un objeto por parte de quien lo cita en el plató. Sus hijos eligieron una carta: la reina de corazones. Ya reunidos en el plató, aunque separados de entrada por una pantalla, se deshicieron en alabanzas. «Te queremos una burrada, hemos aprendido mucho de ti y trabajar contigo es maravilloso», elogió Tristán. «He dicho muchas tonterías como que quería tener una madre normal, pero no hay madre mejor que tú. Eres una madre maravillosa», añadió Cósima. «¿Por qué la carta?», preguntó la diseñadora. «Porque para ellos eres la reina de corazones», explicó Sobera. «Para mí ellos son la baraja entera», replicó Ágatha, y el plató estalló en una enorme ovación. Maticemos que no es que en Telecinco hayan perdido definitivamente el juicio, sino que el programa era grabado, Y es que «Tristán es mucho más bueno que yo e infinitamente más bueno que su padre», recalcó la protagonista. «Los dos son listos que yo», aseguró. Admitió que con el chico ha tenido más relación que con Cósima –que por cierto estaba proahijada por Francisco Umbral–, pero que con el paso del tiempo va intimando más con la chica.

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