Micheline Roquebrune, la viuda de Sean Connery, que murió este sábado a los 90 años en las Bahamas, reveló que el actor padeció, en sus últimos meses de vida, demencia senil y que falleció en su cama tranquilo y en compañía de su familia. En declaraciones publicadas por el «Daily Mail», Roquebrune explicó que, debido a la enfermedad, «ya no era vida para él. Últimamente era incapaz de expresarse por sí solo». La viuda, de origen franco-marroquí y que fue la segunda esposa del intérprete escocés, aseguró que su marido fue «un estupendo modelo de hombre» y que ambos compartieron «una vida maravillosa». El tabloide ha publicado la que se cree que es la última foto de Connery, tomada el pasado mayo en la celebración de su 45 aniversario de boda y en la que se le ve envejecido, agarrando la mano de su mujer. «Al menos murió mientras dormía y fue muy pacífico. Estuve con él todo el tiempo y simplemente se apagó. Es lo que quería, irse sin hacer ruido», dijo Roquebrune. Para su viuda, la vida «va a ser muy difícil sin él, pero no podía durar para siempre y se fue en calma». Connery y Roquebrune se casaron en Gibraltar en 1975, cinco años después de haberse conocido en un torneo de golf, deporte al que ambos eran muy aficionados. El actor ya había estado casado con Diane Cilento, con quien tuvo a su hijo Jason.
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