Marge Champion tenía 101 años y su gran pasión fue la danza. Lo demostró con creces a lo largo de su carrera participando en muchas de las películas musicales de los años dorados del cine. El baile lo llevaba en su ADN ya que su padre era Ernest Belcher, famoso maestro de baile en el prestigioso «Estudio de danza Celeste», en Hollywood. Por su escuela pasaron nombres como Fred Astaire, Cyd Charise o Shirley Temple. Su progenitor era muy amigo de Walt Disney, que viendo las cualidades de Marge la empleó como modelo para que el equipo de animación dotara a sus personajes de movimientos más reales. El primero fue «Blancanieves», al que siguieron otros como el hada azul de «Pinocho», la coreografía de la danza de los hipopótamos y las avestruces en «Fantasía» o el aleteo de la cigüeña en «Dumbo». Por estos trabajos comentó que le pagaban 10 dólares por día. Con los años Marge se hizo con un lugar destacado en las cintas musicales de la época dorada del género, sobre todo de la MGM asociada junto a su marido (estuvo casada tres veces), el también bailarín Gower Champion. Sus trabajos también se pudieron disfrutar en los escenarios de Broadway y en televisión. Precisamente en este último medio ganó un Emmy por «Queen of the Stardust Ballroom». Entre sus números se encuentra «La amada de Júpiter», junto a Esther Williams.
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