«Gracias a un vecino editor y con una extensa biblioteca –nunca le estaré lo suficientemente agradecido–, a los 12 años yo ya era un ávido lector, especialmente de ciencia ficción: Asimov, Bradbury, Philip K. Dick, etc. También me encantaban las revistas científicas, donde descubrí la reciente invención del desfibrilador». Con estas palabras jalonadas de viñetas en blanco y negro y chistes punzantes, pura retranca mitad Bruguera mitad Terry Gilliam, se presentaba Antoni «Tom» Roca en «Mi puta vida» (Astiberri), libro de memorias que explica mejor cualquier reseña o artículo lo que fue y, sobre todo, lo que significó el creador barcelonés para la historieta y el humor gráfico. Porque Roca, fallecido este lunes a los 67 años, trascendió los límites de la viñeta y fue, además, de humorista gráfico, guionista, productor ejecutivo y director de programas de televisión. Un «dibujante de primera», como él mismo se calificaba medio en guasa, que acabó llevando su fascinación por los Monty Python y su «Flying Circus» a la televisión española al tiempo que se multiplicaba en libros, revistas e infinidad de colaboraciones. Nacido en Barcelona en 1953, a los 13 años empezó a trabajar en una imprenta, donde se encargaba de imprimir las multas de tráfico del Ayuntamiento. Con el tiempo llegaría el entintado de historietas y, ya en la editorial Bruguera, la compaginación de revistas como «Pulgarcito», «Tío Vivo», «Jabato», «Capitán Trueno»... Ahí conoció a Vázquez, Raf, Ibáñez, Conti y Escobar, dream team de la historieta que marcó el rumbo del tebeo español en la segunda mitad del siglo XX. Con todo, si hubo un nombre al que Roca se sentía cercano, ese era Perich, maestro y amigo con quien colaboraría en «Filiprim», popular programa de la televisión catalana. Además del miembro más joven de la redacción de «Por favor», donde coincidió con Juan Marsé, Maruja Torres o Vázquez Montalbán, entre otros, Roca fue director de «Muchas Gracias», formó parte del equipo fundador de «El Jueves» y publicó en «El Papus», «Penthouse», Playboy«, »El Periódico de Catalunya« o »Interviú«,entre muchos otros. Como productor ejecutivo y guionista televisivo ha colaborado en producciones como «Locos por la tele», «Historias de la puta mili», «Médico de familia» o «Al salir de clase». También estuvo detrás de «Balseros», documental de Carlos Bosch que fue nominado a un Oscar. Y todo sin perder de vista ese humor «burro, insolente y faltón» del que siempre hizo bandera« y que quiso compilar el año pasado en el volumen »¡Apaga y vámonos!«.
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