El ajuar de nuestro gato
Existen diferentes opciones en las tiendas especializadas, desde acolchados almohadones, cestas de mimbre abiertas, cestas de plástico duro, etc. Muchas veces, una simple caja de cartón o una manta de viaje pueden hacer la función. Podemos hacerles la cama lo más cómoda posible con rellenos blandos, aunque lo importante no es el formato, sino que les guste.
En los gatos, a diferencia que en otros animales, rara vez se da el caso de que elijan solamente un lugar donde dormir. Suelen descubrir primero los lugares de la casa que más les gustan y alternan buscando el más tranquilo o caliente. Es difícil evitar que duerma en nuestra cama, a no ser que se le prohiba el paso a las habitaciones. Por eso, habremos de elegir un lugar tranquilo en la casa para colocarle su cama. Preferiblemente no en los dormitorios (de los niños sobre todo). Resulta ideal un rincón de algún cuarto tipo despacho, cuarto de estudio o en el salón, cerca de algún radiador o estufa que funcione durante el día.
No hay que olvidar, si se coloca su cama en una habitación cerrada, disponer en ella una bandeja de arena o dejar abierta la posibilidad de que acceda a la suya si lo necesita.
Es difícil que se adapten a nuestro horario de descanso, ya que sus horas de sueño las distribuyen a lo largo del día y tienen más actividad nocturna. Lo ideal es cansarlos jugando durante el día si luego queremos descansar por la noche. De todos modos, forma parte de su educación el hacer que nos respeten el sueño.
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