En 1953, un grupo de doctos literatos encabezados por Harold Humes, Peter Matthiessen y George Plimpton fundaron la revista «The Paris Review», llamada a dar voz a los «buenos autores», y sólo a ellos. Lo dejaron bien clarito desde el principio, en un manifiesto fundacional en el que aseguraban que su objetivo era «desplazar la crítica del lugar dominante que ocupa en la mayoría de las revistas literarias». Aquella declaración de intenciones debió escocer en los ojos a más de uno, pero fueron pasando los años, con traslado incluido de la sede a Nueva York en 1973, y «The Paris Review» se consolidó como la Biblia del periodismo literario.Las piezas en ella publicadas gozaban, todas, de una calidad a prueba...
[Solo los usuarios registrados y activados pueden ver los enlaces. Haga clic aquí para registrarse ... ]
[Solo los usuarios registrados y activados pueden ver los enlaces. Haga clic aquí para registrarse ... ]