El director Kevin Macdonald es un documentalista con doble filo y quienes vieran su película sobre Whitney Houston sabrán ya que una pantalla puede hacer temblar sin usar las claves del cine de terror. En esta película, que no es documental, pero sí un documento, también produce temblores de terror, pues cuenta lo que cuenta Mohamedou Ould Slahi en su libro de memorias, un mauritano sacado de su casa tras los atentados terroristas de Nueva York, transportado a Guantánamo y mantenido allí, sin cargos ni juicio, durante catorce años. La mirada de Macdonald tiene dos tonalidades, una terrible e iracunda a las Administraciones de Bush y de Obama (el último solo en cita rápida y pasajera) y otra templada y humana a la relación del mauritano con la abogada Nancy Hollander, personaje que interpreta Jody Foster (ella sí, con cara en clave de película de terror). La historia es tremenda sin que el director la rearme con excesivo aparato explosivo sobre torturas y humillaciones, se preocupa de encuadrar el buen carácter y la humanidad del preso, y su progresiva buena relación incluso con sus carceleros. No explota, por decirlo de algún modo, las posibilidades telecinqueras de la tragedia y la injusticia, y sugiere una vuelta radical a los hechos: Mohamedou no era un acusado, sino un testigo de lo ocurrido en Guantánamo.Valoración de ABCPlayOti Rodríguez Marchante
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