Además del interés humano y sentimental de esta historia, cultivada por su directora, Gabriela Cowperthwaite, para producir esa aflicción continuada que busca el premio de una lágrima del espectador, lo llamativo de esta película es el modo de irse construyendo: los tiempos van y vienen (dos años antes, un años después…) alrededor de lo esencial: el diagnóstico, o el momento en el que a la protagonista le encuentran un tumor maligno. La vida en momentos de esa mujer joven (Dakota Johnson), de su marido (Casey Affleck), de sus hijos pequeños y de un amigo (Jason Segel) que ameniza la función hasta el punto de convertirse en un elemento clave, insólito y reflexivo de esta historia, por desgracia más común de lo que quisiéramos.Valoración de ABCPlayOti Rodríguez Marchante Por otra parte, se amasan y afilan con regusto melodramático las relaciones de los personajes y requieren un esfuerzo interpretativo de sus actores más allá del consabido dolor y pena; en realidad, y el título lo sabe, la película habla con mejor voz de los nudos y ligaduras de la amistad que de los nudos en la garganta y otras ligaduras, y Johnson, Affleck y especialmente Segel le ponen la sensibilidad suficiente y la variedad de tonos para que no te destroce la tarde este melodrama con “chuches”.
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