En 1927, el filólogo Ángel Valbuena Prat, uno de los historiadores más relevantes de la literatura española, estableció una suerte de tipología de los centenarios, bien útil para los menesteres periodísticos. Con ánimo de poner cierto orden en sus celebraciones, Valbuena distinguió tres tipos distintos, usando para nombrarlos términos que a George R. R. Martin le resultarían hoy muy familiares: viento -no coincide con la época en la que se celebra y el homenaje pasa desapercibido-, hielo -sólo provoca indiferencia- y fuego -es capaz de prender una chispa en el tiempo en el que se conmemora y de despertar una llama-. Ha querido el destino que en un año tan infausto como 2020 coincidan en el calendario de festividades culturales el...
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