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Por el título, podría parecer una secuela exagerada de 'Seis días y siete noches' –o una adaptación reducida de la canción de Sabina–, pero la película elegida para representar a Canadá en los Oscar tiene poco de comedia. El viaje que realiza Isabelle (Anne Dorval) a Vietnam tampoco alberga un propósito lúdico ni hay una historia de amor que lo anime, aunque sí es el principio de una hermosa amistad, en un entorno cuyos paisajes son una provocación para los viajeros del planeta, que tendrán aún más ganas de dejar atrás tanto encierro. Un accidente lleva a la protagonista a viajar al orfanato vietnamita donde adoptó a su hija. La esperanza de la primera vez ha sido sustituida por sentimientos menos alegres, lo que no impide que ella encuentre cierta serenidad interior y exterior en compañía de la madre biológica, que no entregó a su hija voluntariamente. Casi el único detalle de humor más o menos voluntario es que la abuela llame a los extranjeros adoptadores «bárbaros», lo que nos hace recordar otra película canadiense mucho más divertida, pese a lo dramático que era su argumento: 'Las invasiones bárbaras', de Denys Arcand. '14 días, 12 noches' tiene momentos de singular belleza, pero a veces se queda embobada, observándolos, deleitándose en exceso con su propia sensibilidad. La fotografía y las actrices han ganado merecidos premios. Es cierto que la historia requería silencios y que, cuando coge algo de carrerilla, sorprende la habilidad de Jean-Philippe Duval, con guion de Marie Vien, para narrar lo que quiere sin renunciar a la tacañería en el reparto de palabras a sus intérpretes. Otra virtud es que la historia va de menos a más. Así que lo mejor es respirar hondo, disfrutar los paisajes y la música, dejarse empapar por la dicción suave de sus actrices y ser compasivo con ellas. El final, tan contenido y poco peliculero como el resto, encierra alguna enseñanza, de sabiduría ante el dolor propio y ajeno. El choque de culturas es tan suave que podría tomarse como otra lección más, aunque no por parte de todos los personajes, porque el recuerdo de la guerra ha dejado demasiadas marcas en las generaciones más antiguas. Valoración de ABCPlay Federico Marín Bellón
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