Las moratorias sobre hipotecas y créditos al consumo han dado oxígeno durante todo este año a las familias y al tejido productivo. Pero la medida está próxima a decaer. Concretamente, terminará la posibilidad de acogerse a ellas este próximo 31 de marzo, y el escenario que se puede abrir en ciertos casos podría resultar dramático, con impagos crecientes en los préstamos, con el consiguiente efecto sobre el sector bancario. Ante esta situación, fuentes empresariales apuntan a que sería necesario ampliar tanto la moratoria legal (del Gobierno) como la sectorial (implantada voluntariamente por la banca). Y hablan específicamente de que habrían de prorrogarse mínimo un año más, para que la medida llegara a 2022. La razón de esto está en las...
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