El director de ‘Mandarinas’, que anduvo cerca de llevarse el Oscar y el Globo de Oro– se tuvo que conformar con el Gaudí–, contraataca con una gran coproducción internacional sobre la infancia, la lealtad y la guerra. ‘Anton, su amigo y la revolución rusa’ fue la última película del cineasta georgiano Zaza Urushadze, fallecido en 2019. Y algo de testamento tiene su obra, que al menos en España se estrena de forma póstuma. La cinta cuenta la historia de dos niños, uno cristiano y uno judío, cuya amistad inquebrantable en un pequeño pueblo de Ucrania sobrevive a los tiempos procelosos de la Revolución Rusa y la Primera Guerra Mundial. Es una época devastadora, como todas las bélicas, en la que se suceden las atrocidades, que a su vez generan nuevos actos antihumanos en los que el sentimiento que predomina es el de venganza. La puesta en escena es sencilla y la actuación algo teatral, dicho sea sin ánimo de censura, porque los intérpretes resultan todos convincentes y profundos. Hay poco movimiento y escasas carreras para tratarse de una historia con balas, en todo caso. La cámara, de movimientos elegantes, apunta a los ojos y al corazón, con breves pasos por la cabeza, que como sabemos no funciona demasiado bien en circunstancias extremas. Y cuando lo hace, la maldad es a veces más inteligente, mientras que la bondad es capaz de propiciar los mayores errores. Es una de las enseñanzas que se llevan los niños y el espectador atento. Valoración de ABCPlay Federico Marín Bellón
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