¿Por qué los copos de nieve son simétricos y hexagonales?

[valalca]

Existen más de ochenta variedades distintas de nieve, pero todas ellas están compuestas de copos perfectamente simétricos y hexagonales y, además, ninguno es blanco

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La nieve no es blanca y no es muy recomendable comerla

Antes de que se supiera que el agua estaba formada por dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno, Johannes Kepler ya se percató a principios del siglo XVII que los copos de nieve eran siempre hexagonales. Acertó, aunque su teoría no era del todo muy empírica: pensaba que una especie de Dios matemático había descubierto que esta era la mejor manera de empaquetar las partículas. De igual manera que las abejas realizan sus colmenas en paneles de seis lados.

Siglos más tarde, se comprobó que los átomos de hidrógeno se unían al de oxígeno en un ángulo de 104,5 grados, en una especie de tetraedro. Es al unirse con otras moléculas de agua cuando se forman las estructuras de seis lados. Kepler tenía razón: la nieve es una forma de compactar el agua.

En origen, el copo de nieve es una pequeña gota de agua que se congela junto a otras en las nubes a -35ºC. Su núcleo es polvo o partículas de polen que se encuentren suspendidas en la atmósfera. Cada copo tiene un dibujo distinto, pero todos son simétricos y hexagonales. Estas minúsculas figuras de hielo apenas miden unas décimas de milímetro de largo, pero se van agrupando a medida que caen y son zarandeadas por el aire.

La nieve no es blanca

Aunque veamos espesores grandes formados por nieve, en realidad no encierran tanto agua como pensamos. De media, dependerá de cómo se formaron los copos, 12 centímetros de nieve proporcionarían tan solo un centímetro de agua. Tampoco te lleve a error su color. Parecen blancos, pero en realidad los copos de nieve son traslúcidos. La luz pasa a través de ellos, pero los múltiples lados de los cristales de hielo causan que se difunda el espectro de la luz y que parezcan de ese color y no transparentes.

Aunque contenga agua, no es buena idea comer nieve para hidratarse. Además de quemarnos la boca o los labios, provocará que nuestra temperatura corporal suba de golpe y nos deshidrataremos más rápidamente. Es mejor beber el hielo, ya que contiene una mayor proporción de agua y no tanto aire, o derretir la nieve antes de tomarla.

Tampoco te fíes de la sensación térmica cuando nieva. Parece que hace más calor. El motivo es que los copos de nieve atrapan vapor de agua conforme van cayendo y lo transforman en hielo. El paso del estado gaseoso al sólido libera calor en la atmósfera, pero será momentáneo. Cuando dejé de nevar, volverá el frío.

elconfidencial.com / 11 enero 2021