Normas del foro apurados.com
Prohibida la publicación de claves , de sofware y de informaciones para el pirateo. El Uso De Estos Foros Requiere La Obligada Lectura Y Aceptación De Estas Normas Normas
Presentaciones del foro
""MUY IMPORTANTE"" (Atención todo aquel usuario que se registre debe Pasarse Por Presentaciones y Presentarte a los Compañeros de lo contrario será baneado y borrada su cuenta. PRESÉNTATE

Retroceder   apurados.com > Temas varios > Historia y biografías > Recomienda tus mejores libros

JnjSite.com: Nueva versión del sencillo mensaje de aceptar cookies para tu web
Respuesta
 
Herramientas Desplegado
  #1  
Antiguo 29-Mar-2020, 11:51
Avatar de Amaya
Amaya Amaya está desconectado
Colaboradora
 
Fecha de Ingreso: 02-February-2020
Mensajes: 10,101
Gracias: 16
Agradeció 12 veces en 6 publicaciones
Alma Guillermoprieto: «El sectarismo es un pecado de todas las revoluciones»

En Bogotá están sobrecargadas las líneas telefónicas, igual que en el resto del mundo. La globalización, que nos aventuraba un futuro feliz y despreocupado, de idas y venidas allá donde nos apeteciera y cuando nos diera la realísima gana, nos pilló desprevenidos con un efecto con el que no contábamos: la propagación de un virus letal que no entiende de lenguas, fronteras ni clases sociales y para el que, de momento, no existe cura. Al otro lado de ese hilo que hoy se antoja más quebradizo que nunca, Alma Guillermoprieto (Ciudad de México 1949) reconoce «ser una privilegiada» en el contexto que ahora nos ocupa y preocupa.La escritora y reportera mexicana, que en 2018 fue galardonada con el Princesa de Asturias de Comunicación, se siente acompañada, pese a su escogida soledad, en su apartamento bogotano cree que vive en Nueva York, pero reside en la capital de Colombia) por su música, por sus libros, y por esas conversaciones y cenas que, ante la adversidad de la distancia física, hemos sabido improvisar, tecnología e ingenio mediante. Le gustaría, eso sí, «tener un gatito», porque sabe, como lo sabemos todos, que «esto va para largo» y la presencia de «algún ser vivo» aliviaría algo las horas de confinamiento, los días, las semanas, quién sabe si los meses que están por llegar.Con «dolor», Guillermoprieto tuvo que cancelar, claro, el viaje que tenía previsto realizar a España esta semana para presentar su último «librito» (así lo define ella, pero de diminuto en su genialidad no tiene nada), «¿Será que soy feminista?» (Literatura Random House), un ensayo en el que apela a la ética para lograr la tan ansiada igualdad entre mujeres y hombres.Antes de nada, la pregunta obligada estos días: ¿cómo se encuentra?Estoy muy bien, dentro de lo que cabe. Soy consciente de ser una privilegiada. Estoy, más que nada, asombrada con la capacidad del ser humano, su flexibilidad inmensa para adaptarse a la situación que sea sin quejas; eso me parece extraordinario.¿Cómo cree que está afrontando el periodismo el reto que para la profesión supone la cobertura de la pandemia del coronavirus?Pues como siempre. Yo creo que los reporteros, mis colegas, están saliendo a cumplir con su deber. Eso es como ser médico o ser policía. Notoriamente, los que van a la conferencia de prensa diaria de Donald Trump -que realmente se ha vuelto un pretexto para hacerse propaganda para su reelección, pero es la Casa Blanca y hay que hacerlo- están en espacios muy reducidos y, sin embargo, ahí están. Es como ser piloto de avión, uno no se baja a la mitad del vuelo.A mí una de las cosas que más me preocupan es, precisamente, aquello que usted detesta de Twitter, su capacidad destructiva y su tendencia, cada vez mayor en la crisis que estamos viviendo, a la desinformación y el odio. ¿Se puede controlar esa parte negativa de las redes sociales?No está en nosotros, los reporteros, hacer esa tarea. Eso le corresponde, y han fallado terriblemente en su obligación, a los dueños de estos grandes medios sociales. Junto con esa capacidad de la humanidad de portarse a la altura está esa otra humanidad minoritaria. Ahora, los hackeadores entran en Zoom y meten pornografía en una reunión de clubes de libros, por ejemplo. Esas cosas me asombran tanto… Pero es el peligro que sigue existiendo de las redes sociales, que hacen un daño muy desproporcionado. Debe haber una manera más eficiente.Y sobre todo ante una crisis tan delicada como es esta sanitaria. A todos nos han llegado estos días bulos a través de WhatsApp, de Twitter, que después han sido desmentidos.Sí, yo creo que en épocas de desesperación, y los grandes novelistas siempre lo han visto, la gente siempre busca cualquier simulacro de verdad que le haga sentirse un poco más segura. Lo que está pasando también es la circulación de la desinformación, pero multiplicada por mil, y eso hace más relevante nuestro oficio de periodistas, de tomarnos en serio la información y verificarla en cada instante, es una responsabilidad y una lucha que hay que hacer minuto a minuto.¿Qué consejo les daría a los profesionales que, día tras día, están saliendo a la calle a informar sobre el Covid-19?Yo no soy quien para dar consejos, pero que se cuiden mucho y que el Estado les provea de tapabocas adecuados, y que mantengan la distancia. No hay más recomendación que dar a nadie más que sigan las normas, que se cuiden, porque hacen falta.¿Usted consume ahora más información que antes? Se lo pregunto porque yo me he obligado a chequear sólo una o dos veces al día, porque la cantidad de información que se está manejando me abruma y, también, me genera un estado de ansiedad difícil de manejar, e imagino que como yo habrá muchos lectores.Sí, sí. Claro, hay un momento en que yo tengo que despegar los ojos de la pantalla, porque además ya veo borroso, compulsivamente. Yo creo que nos pasa a todos, estar pegados a la información cuando, en realidad, no nos está diciendo nada nuevo. Trato, como tú, de chequear en las mañanas, ver cómo van las cifras, y chequear a la noche las noticias para ver qué dijeron nuestros presidentes. Nuestros presidentes son… No hablo del tuyo, pero por acá, en este hemisferio, ¡qué cantidad de presidentes aterradores tenemos!Bueno, digamos que es difícil que la política esté a la altura de las circunstancias.También, pero hay un Bolsonaro o un Donald Trump, por ejemplo, que realmente hacen daño con su irresponsabilidad.Sin ir más lejos, Bolsonaro ha dicho hoy [por el pasado lunes] que el coronavirus es un truco de los medios.¡Ay! ¿Otra vez? Si Trump ya abandonó esa teoría… Una de las cosas maravillosas que han salido de las redes sociales es que nos dan la oportunidad de reírnos a carcajadas varias veces al día con los memes.Y eso también es muy valioso, porque ante una crisis de estas características es importante también dar buenas noticias, aunque las que haya sean pocas. Debemos concienciarnos de eso, ¿no cree? No incidir sólo en los datos negativos, que son la mayoría, lo sabemos.Y fíjate que eso las redes sociales lo están haciendo quizás mejor que nosotros. No sé cuántas veces he vuelto a ver el vídeo de Venecia con los canales llenos de pececitos, porque consuela y hace falta esa información, tienes toda la razón.Hace unos días hablé con John Banville y me dijo que, precisamente, una de las pocas cosas buenas de esta crisis es que estamos viendo a los peces nadar en los canales de Venecia y que los cielos de Pekín nunca estuvieron tan limpios como ahora.Yo creo que va a haber un cambio cultural. No sé cuánto tiempo tardaremos en recuperar este capitalismo de consumo y de deshecho que nos ha llevado a esta situación, pero ahorita que me llamaste yo estaba limpiando unas ramitas de perejil para rescatar el verde que tenían en vez de tirarlo a la basura. Yo creo que estamos redescubriendo, por un lado, el mal impacto de nuestra presencia en la naturaleza, estamos viendo en tiempo real cómo la naturaleza agradece que no estemos, y, por otro lado, estamos aprendiendo a ser otra vez cuidadosos.Y a estar con nosotros mismos, que se nos había olvidado.Sí, y a estar con nosotros mismos, importantísimo, sí.Bueno, pasemos ya a hablar del libro que nos ha reunido esta tarde, vía telefónica. Ha tardado más de 40 años en volver a escribir un texto explícitamente feminista. ¿Por qué ahora?¿Por qué ahora? Tengo que decir que el primer impulso no fue un buen impulso. Fui objeto de un matoneo en redes sociales.Tras la charla que mantuvo con Chimamanda Ngozi Adichie, ¿no?Bueno, X, sí [el año pasado, Alma Guillermoprieto fue objeto de duras críticas en Twitter después de protagonizar, en Cartagena de Indias, un encuentro con la escritora estadounidense tras el que fue acusada de preguntarle sólo por sus novelas y no por el feminismo]. Ese matoneo a mí me produjo una fuerte indignación, y yo soy muy pacífica y aguanto todo, pero cuando me acusan injustamente de algo sí me enojo, mucho. Ese fue el primer impulsito, pero de ahí, de un impulso ruín, de restablecer mi honor y mi dignidad, pasé a pensar qué interesante es esto, cuántas cosas estoy pensando que tenía yo como abandonadas o enterradas o no conscientes o que simplemente no se me habían ocurrido. Y eso fue lo que realmente fue llevando el librito, página tras página, no paraba de escribir. Fue muy interesante y, además, muy agradable, como no pensaba publicarlo, que eso también es muy chébere (ríe); escribir sin la hora de cierre encima o el contrato o el compromiso o lo que sea, eso es muy descansado. Yo creo que muchos escritores ahorita podemos entregarnos a eso.Al placer de no tener una fecha de entrega.Sí, sí, está muy bien.Habla en el libro de los necesaria que es la ética feminista y que usted la ha asimilado de «la revolución más grande de nuestros tiempos», que es el feminismo. ¿En qué consiste esa ética?Es algo que estoy buscando a tientas, como yo creo que todas las que están mucho más activas en la lucha por el derecho de las mujeres. Se me ocurrió, primero por el matoneo y por lo intolerantes que somos las mujeres con nuestras amigas o compañeras de trabajo; eso fue como el primer pie: reducir esa intolerancia, que finalmente es una intolerancia hacia nosotras mismas, abrir las puertas, establecer campos de solidaridad mucho más grandes, ser muy cuidadosas con el matoneo y con las acusaciones, justamente porque internet es un medio envenenado que lleva las cosas mucho más allá de lo que nosotras podemos controlar.¿Para reconocerse, para definirse como feminista hay que empezar por reconocer un daño propio? Se lo pregunto porque yo huyo del victimismo, detesto el papel de víctima, y creo que usted también.Sí, absolutamente, me niego a ser víctima, pero la posición de víctima es muy diferente a la posición de honestidad con el propio pasado. Hay una cita de Virginia Woolf: «Feminista es cualquier mujer que dice la verdad sobre su vida». Y me pareció, como siempre, todo lo que ella dice, tan genial… Porque, efectivamente, si una ve su propia vida dice, guau, qué cantidad de cosas me han sucedido que yo no quisiera que me hubieran sucedido y que me sucedieron por ser mujer.¿Como por ejemplo?Como por ejemplo el acoso sistemático y terrible que en España, en Italia, en los países latinos y seguramente en otros se vive de manera realmente escalofriante. La incapacidad de una mujer joven de caminar por la calle tranquilamente es algo que te marca, porque es una restricción del espacio físico personal absoluto. Por ahí un primer punto que yo creo que todas las mujeres hemos padecido.Precisamente, en el ensayo sostiene que «hemos aprendido tanto, somos tanto menos sumisas, que todo, todo, se tiene que mirar de nuevo, desde el arte del Renacimiento a las películas más inocentes de Marylin Monroe». Lo entiendo y estoy de acuerdo, pero también creo que esso es mucho revisar... Los ojos de ahora no son los de hace varios siglos e incluso algunas décadas.Claro, y yo adoro las películas de Marilyn Monroe, y sobre todo «Con faldas y a lo loco», es una obra maestra, y no me quita el placer de ver el Renacimiento temprano, pero tampoco puedo dejar de entender que los cuadros de Tiziano, una gran cantidad, son cuadros hechos para el regocijo masculino. Es difícil tener esa doble visión, pero al mismo tiempo es inevitable.Inevitable y necesaria, también, ¿no?Y necesaria, porque así como los pintores que pintaron hace cuatrocientos años pintaron con la moralidad y la ética y la visión de su época, pues a nosotros ya nos resulta imposible verlos con esa misma moralidad y esa ética, pero no podemos dejar de disfrutar la belleza. Es complicado, es complicado, es una época de transición, es una revolución.¿Tenemos las feministas la obligación de que el feminismo sea nuestra principal preocupación y, además, explicitarla como tal?No sé, eso es el tema del libro. El libro se llama «¿Será que soy feminista?» porque todavía, ya publicado el libro, es una pregunta a la que le sigo dando vueltas: ¿qué es ser feminista?, ¿implica una militancia necesaria? ¡No! Pero, al mismo tiempo, me parece necesario que todas miremos nuestra vida con honestidad, porque va a ser mejor para todos, para los hombres y para las mujeres. Un feminismo que no mejora la vida de los hombres no vale la pena, porque son el 50% de la humanidad.De hecho, usted defiende en el libro que la liberación de la mujer conlleva necesariamente la del hombre, puesto que son víctimas de la opresión que ejercen. Pero, entonces, ¿por qué todos los hombres no se declaran feministas?Efectivamente, lástima que sean tan tercos. No es malo ser feminista, es muy bueno.Bueno, basta con irse a la definición que hace el diccionario del feminismo: la reivindicación de la igualdad entre las mujeres y los hombres.Exacto, sí.Lo que pasa es que también hay mucha tendencia a tergiversar ese significado, y ahí ya entra la política, la ideología.Y el miedo, yo creo que el factor principal es el miedo.¿Pero miedo a qué?Miedo de las mujeres a ver su vida con honestidad, porque no es fácil, nunca. Miedo a la responsabilidad que conlleva ser feminista, porque una mujer feminista tiene más responsabilidades éticas consigo misma. La ética feminista también es una responsabilidad con una misma, no mentirse a una misma, y dar la pelea en el territorio en donde una esté, sea en la editorial con el editor, sea con el marido, sea con los hijos, no criar a los hijos sirviéndole primero al niño que a la niña, por ejemplo.Ahora que menciona a los hijos, una cosa que me sorprende es cómo, pese a lo mucho avanzado, a lo mucho conseguido, a las mujeres que decidimos no tener hijos se nos sigue mirando con recelo, con desconfianza, como bichos raros.Sí, absolutamente. El otro día me lo dijo un amigo que yo creía el más tranquilo de mis amigos; me dijo: no, es que hay que respetar a la mujer porque tiene la capacidad de crear vida y eso no lo tenemos los hombres. Y yo dije, hum… Pues claro, las mujeres damos a luz, pero también sin el semen del hombre eso por el momento no sería posible. Las mujeres necesitamos ser respetadas porque sí.Como seres humanos.Como seres humanos, necesitamos ser respetadas, y como no hay tantita igualdad, como no hay tantita embarazada, ese respeto y esa igualdad tiene que ser absoluta, nada más.También escribe de lo difícil que es establecer el límite entre la admiración y el acoso, pese a que están separados por un abismo. ¿Dónde está el punto que los separa? Sí, el punto de separación está en lo que la mujer no desea que le ocurra, nada más. Quizás a todos, hombres y mujeres, nos gusta que nos vean con ojos alegres, sí, o que nos admiren, pero no necesariamente queremos que nos digan que estamos muy delgadas y muy guapas, es como una invasión de nuestro espacio privado. Y yo creo que eso ya no hay que hacerlo explícito. En este momento yo noto que las mujeres están hartas, estamos hartas, y eso me parece a mí tan chévere, mujeres jovencitas y mujeres de 50 años hartas. Y los hombres están asustados, claro. Pero esa furia va a hacer que avancen las cosas.Fíjese que yo creo que uno de los mayores peligros, uno de los grandes riesgos de todo movimiento, de toda revolución, es el sectarismo. Yo le pregunto: ¿hay cierta parte sectaria en el feminismo actual?Sí, de ahí la ética feminista, que es respetarnos todas y darnos cuenta de que todos los aportes abren la puerta a algo más grande. Y el sectarismo es un pecado de todas las revoluciones, todas, porque hay vanguardias que lideran, y esas vanguardias tienden a creerse portadoras de la única verdad, pero no es así. Yo le di el librito a leer a una feminista mexicana que me recomendaron mucho y me dijo: «Pues, en primer lugar, agradecí mucho leer algo sobre feminismo escrito por alguien de tu edad» (ríe). Una de las cosas que me pareció necesaria hacer justamente en este libro fue reivindicar la historia del feminismo y de las mujeres que aportaron tanto que es posible que estemos paradas donde estamos paradas hoy. Porque uno de los elementos de este sectarismo actual es no reconocer la historia, es una enfermedad también de los medios sociales, los medios sociales son ahistóricos, son del momento, y el feminismo generado con tanto impulso por las redes sociales es ahistórico también. Es necesario reconocer de dónde venimos, eso ayuda a mitigar el sectarismo.Asegura que no termina de sentirse cómoda con el #MeToo porque «es un fenómeno de las redes sociales».Es que es tan paradójico lo de las redes sociales… Sin las redes sociales, millones de mujeres no habrían entendido que quien las violó era el que tenía la culpa, y no ellas. Porque al hacerse un movimiento de masas todas pudieron decir: «Ah, no es que yo llevara la falda muy corta, es que él era un violador y no tenía derecho a meterse con mi cuerpo». Ese fue el gran, gran, enorme aporte de las redes sociales. Pero, al mismo tiempo, las redes sociales tienen su propia dinámica de llevar una anécdota al tamaño del mundo y de hacer acusaciones sin verificar, que yo creo que había pocas, pero las pocas que ha habido cuentan, también.Y hacen mucho daño al propio feminismo.Y hacen mucho daño, sí. Pero las redes sociales tienen capacidad de transmitir información incierta o información falsa, esa es una característica de las redes sociales, y de provocar rabia y de terminar siempre, o muchas veces, en manifestaciones de odio.No puedo despedirme sin preguntarle por el caso de Woody Allen, porque en el libro usted menciona a Weinstein y Epstein, por quienes asegura no sentir ninguna pena, pero creo que el caso del cineasta es algo distinto, ¿no?Yo no tengo idea, entre Ronan Farrow y Woody Allen, quién tiene más razón, lo que me parece es que la censura no es la manera de acabar con un comportamiento cuestionable o criminal. Me parece que cancelar un libro porque ciertas mujeres dijeron que no se podía es un grave error.¿Sabe que lo ha publicado hoy?¿Ah, sí?Sí, Woody Allen ha publicado sus memorias por sorpresa con una nueva editorial.Pues sí, me parece correcto. La censura, en primer lugar, nunca logra el objetivo, nunca, y, en segundo lugar, la censura del pensamiento es lo peor que nos puede ocurrir.Eso me recuerda a Polanski y me lleva a preguntarle: ¿es posible separar a la persona, al creador, de su obra?No lo sé, no lo sé. Pero, para terminar la idea, si Harvey Weinstein, el ser más aborrecible, escribiera hoy un libro habría que publicarlo, por supuesto, porque si no volvemos al mundo donde hay demonios y ángeles, y a los demonios no se les puede ver ni se puede mencionar su nombre.Es que yo creo que la distinción entre el autor y su obra es el gran dilema al que nos enfrentamos hoy.Sí, no sé, no sé, no logro resolver conmigo misma ese tema. Finalmente, yo creo que el arte que sobrevive sobrevive porque tiene algo que decirle al tiempo de quien lo ve o lo escucha, y eso es inevitable.[Empieza a leer «¿Será que soy feminista?»]

[Solo los usuarios registrados y activados pueden ver los enlaces. Haga clic aquí para registrarse ... ]



[Solo los usuarios registrados y activados pueden ver los enlaces. Haga clic aquí para registrarse ... ]







[Solo los usuarios registrados y activados pueden ver los enlaces. Haga clic aquí para registrarse ... ]
Responder Citando
Respuesta


Normas de Publicación
No puedes crear nuevos temas
No puedes responder mensajes
No puedes subir archivos adjuntos
No puedes editar tus mensajes

Los Códigos BB están Activado
Las Caritas están Activado
[IMG] está Activado
El Código HTML está Desactivado

Ir al Foro

Temas Similares
Tema Autor Foro Respuestas Último mensaje
Ni pecado ni adicción, masturbarse es salud winche Sexo en solitario 0 29-Aug-2019 20:53

La franja horaria es GMT +2. Ahora son las 18:59.
Powered by : vBulletin; Versión 3.8.11
Copyright ©2000 - 2024, Jelsoft Enterprises Ltd.
Shoutbox provided by vBShout v6.2.18 (Lite) - vBulletin Mods & Addons Copyright © 2024 DragonByte Technologies Ltd.
@apurados.com
Design by HTWoRKS
Modificado por Apurados