Pocos siglos tan igualitarios, en materia literaria, como el XIX inglés, habitado por escritores excepcionales, sin importar su sexo, su clase o su procedencia. Y, sin embargo, aún está pendiente la recuperación, en condiciones, de ciertas voces, en su mayoría femeninas. Es el caso de Mary Shelley (1797-1851), cuya obra maestra, ‘Frankenstein’, eclipsó los entresijos y las muchas virtudes de una trayectoria narrativa mayúscula, unida, desde sus comienzos, al escritor Percy Bysshe Shelley (1792-1822), con el que se casó. De ahí la importancia de la publicación, por primera vez en español, de sus diarios, que desde su aparición, bajo el auspicio de Oxford University Press, en 1987 eran prácticamente inencontrables –los pocos ejemplares nuevos que pueden rastrearse en internet superan...
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