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«Pa'trás ni pa'tomar impulso». Es una expresión que repetía una y otra vez la abuela de la cineasta Lupe Pérez García, quien ha convertido ese dicho en un documental. En él se relata el camino hacia el vacío que emprende la bailaora Carmen Mesa cuando cruza el océano para desembarcar en Buenos Aires y tomar rumbo a los Andes. Lo hace a través del baile flamenco, que le permite vivir por y para su pasión. Lleva tiempo sin pisar su tierra natal, Encina Reales, Córdoba, pero su acento permanece intacto; al igual que su arraigo al presente. «Carmen es todo tierra», explica la directora al otro lado del teléfono. «Me enamoré de ella en cuanto la vi. Fue entonces cuando entendí por qué Marta [Esteban, productora] veía una película ahí. (...) Al igual que Carmen, llevo muchos años dando clase. Imparto cine documental en Barcelona y lo primero que les dices a tus alumnos es que lo habitual no es empezar grabando, primero hay que recopilar información, hacer un "protoguion"... Pero esta vez fue como cuando eres joven, coges las cámaras y te vas a la aventura», recuerda entre risas. Esteban, con la ayuda de Pérez García, quería contar el periplo de esta cordobesa hacia su objetivo; sin embargo, no fue uno fácil. Una vida sentimental complicada y el bagaje familiar y de amistades dejado atrás no le pusieron fácil alcanzar su sueño de transmitir su arte. «No queríamos recrear recuerdos, queríamos revivirlos por eso todo el documental está en presente», explica la cineasta. «Me preocupaba muchísimo porque eso significaba pedirle que volviese a vivir situaciones que no fueron fáciles. Pese a esto, ella lo puso muy fácil, fue muy generosa, aunque tuvimos mucho cuidado a la hora de plantearlo para evitar que sufriera. Ella revivía todo aquello que contábamos a cámara; incluso volvió a sentir la muerte de su hermana, quien había fallecido apenas unos meses antes», añade. También vuelve a experimentar una dolorosa ruptura. «Llamamos a su expareja para preguntarle que si quería volver a dejarla, pero estaba en Madrid. Nos dijo que estaría encantado de hacerlo de nuevo, pero que le teníamos que pagar el billete de vuelta a Argentina. Nos ofendimos tanto con la idea que lo hizo Santi, productor del documental. Ja, ja, ja», rememora. Trascender Carmen Mesa tiene talento y carisma. Quizá no reciba el reconocimiento de las grandes masas, tampoco lo pretende. «Lo más emocionante es que ella ha encontrado su lugar en el mundo, y lo ha hecho en los confines del Valle de Tucumán llevando el flamenco a esas niñas. Lo curioso es que en su pueblo de Córdoba, cuando llegaba el circo, ella iba a hablar con las mujeres que trabajaban en él. No sabía qué quería ser de mayor, pero sí que quería vivir ese tipo de vida. Ella lleva su propio circo a lugares inaccesibles. Las niñas la adoran, pero por su presencia, por el modelo que ejerce más allá del flamenco. Ella allí sí que se siente necesaria», explica Pérez García. «No queríamos hacer una película sobre Carmen Mesa, bailarina; queremos mostrar ese duende flamenco que ha acompañado a esta cultura durante tanto tiempo», continúa. Entre su duende (el flamenco) está escondido su legado, que en el documental se cuela entre guiños a la obra de Federico García Lorca. «Carmen representa a muchas mujeres, no solo de su entorno, también a sus ancestros femeninos. Esa saga de mujeres que las ha habido de todo tipo; la que ha sufrido esa presión de una religión opresiva que recayó sobre las mujeres, esa culpabilidad de no volver a casa, porque ese remordimiento lo llevamos en los genes. En ese sentido, en el de expresar todo esto, Lorca fue un referente», concluye.
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