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A mediados de marzo, cuando el gobierno italiano comenzó a decretar el cierre del país para evitar la propagación del coronavirus, Mercedes Milá, su mascota Scott y el equipo del programa que ambos protagonizan en Movistar+ estaban en Roma. Habían viajado hasta la capital italiana para grabar la primera entrega de la segunda temporada de «Scott y Milá», que se estrena este lunes (22.00 horas) en #0, en el que la popular presentadora se reencuentra con cuatro compañeras de colegio a las que no veía desde que acabó sus estudios, en 1968, para hacer juntas ese viaje que dejaron pendiente en su último curso. «Al final no hicimos algo tan distinto a lo que llevamos preparado, porque grabamos ese episodio de “Curso del 68” mezclado con la actualidad periodística más rabiosa sobre lo que estaba pasando en Roma. Fue muy bonito porque mezclamos periodismo y emociones, que es lo que soy yo», cuenta Mercedes Milá por videollamada desde su casa, con el pequeño Scott en brazos. Gracias a «Scott y Milá», admite, se reencontró «con cuatro mujeres de categoría» a las que no había visto desde hace más de cincuenta años. «Ellas me habían visto crecer a mí y yo no, así que fui yo la que me tuve que acoplar. Fue muy duro descubrir que alguna de mis compañeras ha tenido una vida que no merece nadie, pero todo eso hace que nos hayamos acercado mucho, que es lo bellísimo para mí de esta experiencia. Además, me han contado cosas mías que yo ni recordaba», cuenta. Comienzo del confinamiento Entonces, reconoce, ni se imaginaba la tragedia que iba a desatar el Covid-19 en Italia y en España. «Nosotros llegamos un día antes de que las medidas fueran más estrictas, tanto en Madrid como en Roma. De hecho, allí entonces había menos casos que en la capital española. Preocupada no estaba, porque si no ni el equipo ni yo hubiéramos ido. Sí me impresionó mucho ver cómo cambiaba la vida, las calles, el día a día de todo... Cuando volvimos, la gente estaba empezando a entender que esto iba en serio y que teníamos que estar sin salir. Nosotros en Italia lo vivimos más poquito a poco, allí los pocos que había por la calle iban con mascarilla. Eso nos dio pistas para entender lo que se nos venía encima», admite Milá. Mientras tenga «comida, a Scott y un libro», Milá reconoce que no lleva tan mal el confinamiento. «Lo que sí llevo mal es enterarme de las historias que me llegan, de gente cercana que no ha podido hacer el duelo», puntualiza. «No tengo miedo pero sí serenidad. A mí la meditación me ha cambiado la vida. En los últimos años he aprendido a tener herramientas para mantener el equilibrio, y eso es un tesoro que nunca agradeceré bastante a la depresión». «Mi hermano ayudó a parar el miedo» Mercedes Milá aprovechó el viaje para ver también a su hermano, Lorenzo Milá, corresponsal de TVE en la capital italiana, uno de las voces menos alarmistas durante el inicio de la pandemia en Italia y uno de los más criticados después por este mismo motivo. «Qué te voy a decir de mi hermano, que lo adoro y que creo que hace un trabajo muy bueno. Nos ayudó a parar el miedo, tal y como le decían los científicos que hiciera, porque luego le han acusado de ser demasiado positivo. No fue así, él avanzaba lo que los científicos decían. Me hizo una ilusión enorme verle, pero mucho dolor no poder abrazarle. Nosotros somos muy de abrazos y de tocarnos, pero tendrá que ser más adelante», reflexiona. Sexo y libros En las siguientes tres entregas de «Scott y Milá», Mercedes Milá indagará sobre la sexualidad femenina, se preguntará si la felicidad verdadera está en el campo y reivindicará el valor de los libros con historias de gente de todos los ámbitos que necesita la lectura para vivir. ¿Qué haríamos estos días sin cultura? «Es mejor no hablar de los que desprecian la cultura, porque tontos ha habido siempre. Pero, ¿cómo pasaríamos esto sin algo que nos arranque de esa parálisis que significa estar entre cuatro paredes? ¿Qué haríamos sin libros, sin música para leer ahora en calma? Aunque yo la verdad, que entre cocinar, arreglar y preparar no sé vosotros, pero yo no saco mucho más tiempo para leer y ver series», sostiene Milá. Con tantos gurús y analistas mirando al futuro, la presentadora no se atreve a hacer un pronóstico: «Me conformaría con que hubiéramos aprendido que la solidaridad, la compasión, la generosidad y la empatía son cosas importantes. No me atrevo a hacer un pronóstico, sí un deseo: que no se pierdan los puestos de trabajo».
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