El coronavirus ha precipitado la muerte del expresidente de la petrolera Repsol Alfonso Cortina, como la de las otras 13.055 personas hasta el momento en España. Un duro revés para la familia del empresario de 76 años -nieto del que fuera alcalde de Madrid Alberto Alcocer y Ribacoba e hijo del político Pedro Cortina Mauri-, fallecido este lunes en un hospital de Toledo después de varios días ingresado.Si por algo se caracterizó el también expresidente de la inmobiliaria Colonial fue por llevar una vida de lo más sencilla y reservada, que contrastó con sus grandes logros a nivel profesional. Mantenía un discreto matrimonio con Miriam Lapique, hija de Manuel Lapique Quiñones y de Caritina Fernández de Liencres y Liniers.Se dieron el «sí, quiero» en octubre de 1979 en la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, Marbella, ante la atenta mirada de invitados como Alfonso de Borbón, Carmen Franco y la más conocida de las hermanas, Cari Lapique. 40 años de discreto matrimonio, pese al importante círculo social del que formaban parte, tanto la pareja como sus familiares. Su hermano Alberto Cortina estuvo casado con Alicia Koplowitz y actualmente con Elena Cué, y su primo Alberto Alcocer unió su vida a Esther Koplowitz.Fruto de su amor nacieron sus dos hijos: Felipe (37 años) y Carlos (35 años). La última vez que se vio al matrimonio fue el pasado 19 de enero en el estreno de la ópera «La flauta mágica» en el Teatro Real de Madrid. Días antes, acudieron a dar el pésame a los hijos de la infanta Pilar tras el fallecimiento de esta. Pasión por el vinoEn los últimos años de vida, el matrimonio se estableció en su finca de 1.500 hectáreas de Retuerta del Bullaque, en Ciudad Real. Allí puso en marcha su propia marca de vino, Pago de Vallegarcía, que obtuvo la Denominación de Origen. La bodega fue creada bajo las sabias indicaciones del Marqués de Griñón, también fallecido por coronavirus el pasado 20 de marzo.
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