Lo que no quiso pagar Joan Laporta en el 2003 al Ajax para llevarse a Ronald Koeman lo ha terminado haciendo Josep Maria Bartomeu 17 años más tarde para desvincularlo de la selección holandesa. Llegó ayer el héroe de Wembley a Barcelona, la ciudad que enloqueció en 1992 con su golazo de falta que dio la primera Copa de Europa al Barça, con todo el poder en sus manos para acometer una profunda remodelación en un equipo que dejó de existir el pasado viernes en Lisboa cuando el Bayern Múnich, tal si fuera el Dream Team en Atenas-94, le puso el epitafio definitivo.
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