Ahora que está de moda discutir los límites del humor en función de esa resbalosa noción de lo políticamente correcto (que puede llevar a derribar estatuas como si fueran ídolos paganos), esta película ofrece un caso de manual: ¿se puede ambientar una comedia en la frontera entre Israel y Palestina? Es la que debe cruzar a diario un pringado que se encuentra con la oportunidad de reescribir parcialmente los guiones de un culebrón… con la inopinada ayuda del capitán que le detiene en el «checkpoint». La serie es de producción árabe, y antisionista, pero triunfa también entre la audiencia judía; el input del militar israelita ya se imaginan en qué dirección apunta… La premisa es tan loca, y está tan anclada en una realidad geopolítica insoslayable, que hubiera merecido desarrollarla y realizarla con parte de la osadía que mostraron en su momento Chaplin o Lubitsch, o al menos con el fino talento humorístico de Elia Suleiman, paisano de este Sameh Zombi, que solo muestra cierta gracia a la hora de parodiar suavemente algunas de las convenciones narrativas y técnicas (¡esos planos que brillan como un cromo!) del formato culebronero. Los dos co-guionistas, el palestino y el judío, están bien servidos por un par de excelentes actores; pero el resto de los personajes son esquemáticos como un logotipo. Lo más interesante es el juego de espejos que refleja forzosamente la película, a la hora de mantener un (imposible) equilibrio que también pesa sobre la ficticia serie que presenta. Y que, ni dentro ni fuera de sendas ficciones, ni en el mundo real del que vaya a verla al cine, podrá evitar la irrupción de ofendidos de todo color y condición. Valoración de ABCPlay Antonio Weinrichter Dirección: Sameh Zoabi. Con: Kais Nashif, Lubna Azabal, Yaniv Biton...
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