El pasado fenicio de 'España': ¿qué dejaron en la península?

[valalca]

El hierro, el olivo, la vid y el alfabeto fueron herencias fenicias fundamentales para nuestras raíces culturales.

Desde las costas del antiguo Canaán, en lo que hoy conocemos como Líbano y Siria, salieron a explorar el Mediterráneo los fenicios, aclamados maestros del comercio marítimo y pioneros de la navegación. Este pueblo habilidoso conquistó los mares y dejó su impronta en cada rincón que tocó, incluyendo la península ibérica. En este artículo, nos sumergiremos en la rica herencia fenicia, explorando cómo su avanzada cultura, tecnología y tradiciones comerciales transformaron las sociedades ibéricas, tejiendo su legado en la cultura que hoy valoramos como nuestras raíces.

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Pieza fenicia encontrada en Cartago. Wikimedia

¿Quiénes eran los fenicios?

Los fenicios, originarios de la estrecha franja costera del actual Líbano, se destacaron desde el segundo milenio a.C. por su excepcional habilidad en el comercio marítimo y la navegación. Esta civilización, compuesta por ciudades-estado como Tiro, Sidón y Biblos, no era un imperio unificado, pero compartían idioma, cultura y objetivos comerciales. Tiro, en particular, fue crucial hasta su caída en manos del Imperio Neobabilónico en 574 a.C., momento tras el cual Cartago, una de sus colonias, ascendió como nueva potencia comercial y cultural fenicia.

Los fenicios fueron innovadores notables: desarrollaron el primer alfabeto conocido que influenciaría sistemas de escritura posteriores, y avanzaron en la navegación astronómica, lo que les permitió realizar viajes largos más seguros y eficientes. Estas capacidades ampliaron su alcance comercial y facilitaron el intercambio cultural a lo largo del Mediterráneo.

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Principales rutas comerciales de los fenicios. Rodriguín / Wikimedia

La llegada a la península ibérica

Movidos por su insaciable búsqueda de rutas comerciales y recursos naturales, los fenicios extendieron su influencia hasta la península ibérica alrededor del siglo VIII a.C. Estos navegantes, conocedores de las riquezas que se decía que albergaba el lejano occidente, como la plata y otros metales preciosos, establecieron asentamientos estratégicos en la costa sur. Gadir (actual Cádiz), la más antigua de estas ciudades y tal vez la más emblemática, se convirtió en un bullicioso puerto de comercio y un puente vital hacia el Atlántico. Otras ciudades como Malaka (Málaga) y Abdera (Adra) siguieron, fortaleciendo la red fenicia y facilitando el intercambio de mercancías entre culturas y continentes. Estas colonias sirvieron como puestos comerciales y centros para la extracción y el procesamiento de recursos locales, asegurando así un flujo constante de riqueza hacia la metrópoli fenicia y más allá.

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Comerciantes fenicios. Nastasic / iStock

Lo heredamos de los fenicios

Los fenicios trajeron consigo bienes y productos, pero su llegada a la Península Ibérica también significó la introducción de transformaciones culturales y tecnológicas profundas. Dominaron la metalurgia del hierro, lo que permitió a las comunidades locales pasar de la Edad de Bronce hacia herramientas y armas más duraderas y eficientes. La agricultura experimentó un renacer con la introducción del olivo y la vid, cultivos que se adaptaron bien al clima mediterráneo y que eventualmente se convirtieron en piedras angulares de la economía y la dieta local.

En la gastronomía, los fenicios revolucionaron la alimentación ibérica al introducir el aceite de oliva y el vino, ingredientes que hoy son emblemáticos de la dieta mediterránea. Estos productos no solo enriquecieron la variedad y calidad de los alimentos disponibles, sino que también fomentaron una nueva cultura culinaria que se difundió ampliamente a lo largo de la región.

Además, los fenicios dejaron un legado lingüístico imborrable. La adopción del alfabeto fenicio por parte de los pueblos ibéricos marcó el comienzo de la escritura en la península, facilitando el desarrollo de la comunicación y el comercio. Esta integración cultural se manifestó en inscripciones que hoy son testimonios vitales para entender las interacciones entre fenicios e ibéricos. A través de estos intercambios, los fenicios impartieron conocimientos y tecnologías, además de propiciar un ambiente de cohesión cultural que modeló significativamente el carácter de la antigua Iberia.

Desenterrando a los fenicios

Los hallazgos arqueológicos en la península ibérica han sido fundamentales para desentrañar la profundidad del impacto fenicio en la región. La necrópolis de Villajoyosa, por ejemplo, revela una rica mezcla de objetos fenicios junto con otros artefactos del Mediterráneo, muestra de un intenso intercambio cultural y comercial. Otros yacimientos, como los encontrados en Cádiz y Málaga, ofrecen pruebas tangibles de asentamientos fenicios que funcionaron como importantes núcleos de comercio y manufactura. Estos descubrimientos confirman la presencia fenicia e ilustran cómo su avanzada tecnología y prácticas comerciales se integraron y transformaron las sociedades locales.

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Sarcófagos fenicios hallados en Cádiz. Ángel M. Felicísimo / Wikimedia

La historia fenicia se entreteje con la de la península ibérica, dejando un legado que es un componente vital del patrimonio cultural y científico de la región. Desde la metalurgia avanzada hasta las técnicas agrícolas y la escritura, los fenicios ayudaron a dar forma a la evolución de la cultura ibérica. Reconocer y valorar estas influencias nos permite apreciar más profundamente las raíces de nuestra historia y entender la complejidad de los intercambios culturales que han configurado las sociedades modernas.

muyinteresante.es / Fran Navarro, 05 julio 2024